•Capitulo trece•

714 31 5
                                    

Julia
Carlos me mira bastante extrañado, parece un poco asustado pero creo que no se imagina lo que le voy a decir.
—¿Que pasa? —pregunta bastante confuso.
—¿Que te pasaba ayer?
—¿Ayer? No te entiendo.
—¿Por qué estabas enfadado?
Poco a poco parece entender lo que estoy diciendo y su rostro se va cambiando por un poco de enfado.
—Te lo ha contado Jorge, voy a matar a ese tío.
—El no tiene culpa de nada.
—¡No puede ir por ahí contando mi vida! —exclama bastante enfadado.
—Eso da igual, ¿que hacías?
—Nada... hablaba con un amigo.
—¿Y por qué estabas enfadado?
—¿Tu no te enfadas con tus amigos?
Lo que dice me desconcierta, tiene sentido, pero no me convence.
—No te termino de creer...
Carlos suspira, estoy segura de que tiene algo que me está ocultando, pero no me lo quiere decir.
—Todo el mundo tiene cosas buenas y malas en su vida, tu eres una de las mejores y no quiero que te relaciones con las malas.
Lo que dice me hace sonreír, es adorable.
—Pero quiero ayudarte...
—Me estas ayudando mucho, más de lo que crees.
—Pues quiero ayudarte más.
—Con lo que haces está bien por ahora.
Y con eso interpreto que por el momento no me va a contar nada, una parte de mi quiere insistirle, pero la otra confía en Carlos y sabe que si no me dice nada ahora es por algo, por lo que asiento dando por terminada la conversación, lo que hace que Carlos me abrace, visiblemente aliviado.
—Gracias por confiar en mi, te quiero.
—Yo también te quiero.
Comenzamos a caminar de vuelta a la residencia, recuerdo cuando contaba los minutos para llegar y perder de vista a Carlos, como cambian las cosas.

—Va Carlos, concéntrate, lo estas haciendo bien.
Ya hemos terminado de comer y nos hemos venido a mi habitación para repasar inglés, ya que Carlos tiene el examen en una semana.
—La mayoría me salen mal... soy un desastre.
—Antes te salían todas mal así que estas mejorando.
—Es que me cuesta concentrarme... con una chica tan guapa al lado...
No puedo evitar sonreír.
—Eres tonto.
—Es la verdad.
—Tu si que eres guapo, ahora haz la actividad.
—¿No podemos descansar un rato? —pregunta acercándo su silla a la mía disimuladamente.
—No, no podemos, hasta que no tengas todas las actividades bien no hay descanso.
—¡Para eso queda mucho!
—Pues te aguantas —respondo riéndome.
Carlos pone cara de pena pero yo consigo no rendirme así que al final acaba cediendo y continúa haciendo las actividades, yo lo observo durante unos minutos, no entiendo como no me fijé en guapo que es cuando lo conocí, estaba tan cerrada a que lo tenía que odiar que no me fijaba en nada más.
De repente alguien llama a la puerta, lo que hace que vuelva a centrarme y me levante para abrir.
—¿Esperas a alguien? —pregunta Carlos aprovechando para dejar lo que estaba haciendo.
—No, continúa.

— ¿David? ¿Qué haces aquí? —pregunto al abrir la puerta.
—Estaba hablando con mamá y me ha obligado a venir aquí a decirte que mires el teléfono.
—Estaba ocupada y lo tenia apagado —digo acercándome hasta la mesita de noche, donde reposa mi móvil.
—Pues cógelo ya, que si no se enfada.
Antes de que pueda detenerle Rodrigo da un par de pasos entrando en la habitación, de manera que ahora Carlos está en su punto de visión.
—¿Que leches haces en la habitación de mi hermana? —pregunta con una pequeña sonrisa.
—Ya te dije que me iba a ayudar con ingles —contesta Carlos poniéndose muy rojo, lo que me hace somreir.
—Pero pensaba que las clases las dabais en la biblioteca.
—Hoy estaba muy llena asi que nos hemos venido aquí —digo intentando terminar con la conversación.
—Ya... -conozco a Rodrigo, y no se esta creyendo nada —últimamente estais muy juntos...
—¿Eres tonto? -pregunto fingiendo estar ofendida —solo lo estoy ayudando, no hay nada más.
Intento empujar a Rodrigo hacia la salida pero el me lo pone difícil ya que no para de reírse.
—Vale, ya me voy, solo te digo que seria muy curioso que estuvieses con el, pero molaría.
—Ya te he dicho que no estoy con nadie, déjame en paz.
Por fin consigo cerrar  la puerta de la habitación y apartar a mi hermano de mi vista, me giro hacia Carlos y lo veo mirándome con una sonrisa.
—Mientes bastante bien, pero creo que no se lo ha tragado.
—Me da igual, no tiene pruebas de nada asi que puede pensar lo que quiera —vuelvo a coger mi móvil y me dirijo hacia el baño —voy a llamar a mi madre, termina la actividad.
Carlos asiente y yo entro en el baño mientras tecleo los números en el móvil para después llevármelo a la oreja, mi madre contesta enseguida.
—¡Por fin! ¿Tan difícil es hablar con mi hija?
—Lo siento estaba ocupada.
–¿Que tal te va? Me contaste que habias hecho muchos amigos.
—Asi es, es todo genial.
—Tu padre sigue muy preocupado por todo eso del hijo de Santiago, no para de repetirme que espera que no os lo crucéis nunca, dice que es peligroso.
—A lo mejor no es igual que su padre...
—¿Has hablado con el? - puedo notar cierto miedo en su voz.
—¡Pues claro que no!
—Menos mal, confío en ti y se que no nos desobedecerás, si te pasase algo...
—Tranquila mamá, estoy bien.
Mi madre continúa contándome que tal van las cosas por Cádiz, pero yo a penas puedo prestarle atención, estar con Carlos es genial, nunca me había sentido igual con ningún chico y eso que llevamos poquísimo juntos... pero siento que le estoy fallando a mis padres y que le estoy mintiendo a mis amigos, ni siquiera le he contado nada a mi mejores amigas de Cádiz...
Cuando la conversación con mi madre termina salgo del baño algo desanimada.
—¡Las he tenido todas bien! —escucho gritar a Carlos desde el otro lado de la habitación.
Tiene una enorme sonrisa en la cara y no se por que verlo así hace que yo yo también me alegre un poco.
—¿Como lo sabes? —pregunto acercándome a él.
—He mirado las soluciones, mira —dice enseñándome el folio —ni un solo fallo.
—Vas a sacar un diez.
—Con un aprobado me conformo —responde levantándose para así quedarse cara cara a mi —creo que ahora podemos hacer un descanso...

No confío en ti ||Julright||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora