•Capitulo treinta y siete•

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Carlos
Una semana para que Julia se vaya. Mi última semana con ella hasta dentro de cuatro meses, tengo que disfrutarla.
Estoy intentando pasar la mayor parte del tiempo con ella, aunque eso implique estar ayudándole a hacer la maleta, como ahora mismo, pero al menos estamos juntos.
—Creo que no me va a caber todo lo que me quiero llevar...
—Juls tu maleta es enorme, te digo yo que hasta te va a sobrar espacio.
Julia me lanza una mirada asesina que hace que me calle, estos días está un poco estresada y la entiendo, pero eso no quita que me dé mal rollo cuando me mira así.
—De acuerdo, no diré nada más.
—Pues mejor —contesta ella un poco borde.
—Aunque creo que deberías relajarte un rato.
—Se supone que te ibas a callar.
Intento reprimir las ganas de reírme, cuando Julia se indigna esta monisima, y además es divertido ver sus reacciones.
—¿De que te ríes? —mierda, se ha dado cuenta.
—De nada.
—Eres un mentiroso.
—Y tú una gruñona.
—¡Que dices! —exclama indignada, lo que me hace reír aún más, cosa que provoca que Julia se enfade más aún y acabe cruzada de brazos y mirándome muy seria.
—Va, olvídate de Estados Unidos por unas horas —digo acercándome a ella.
—No puedo, ya sabes tengo que prepararlo todo —noto la preocupación en su voz y una sensación de culpa me invade, Julia está realmente estresada, tengo que ayudarla.
—Tienes una semana aún, no te va a venir mal desconectar —alargo una de mis manos hasta llegar a su mejilla y se la acaricio con suavidad, a lo que ella sonríe.
—¿Por qué siempre consigues que me tranquilice?
—Será algún tipo de súper poder o algo.
Julia empieza a reírse cosa que hace que yo la imite, una especie de alegría invade mi cuerpo al verla un poco mejor.
—Has destrozado un momento muy bonito con ese comentario.
—Pero te he hecho reír, que es lo que importa.
El silencio se apodera de la habitación, ninguno de los dos dice nada, tengo la vista fija en sus pupilas y no pienso en nada más que no sea ella, me quedaría así por horas, pero no pasa mucho tiempo hasta que nuestros labios se unen en un largo beso; echaba de menos estas cosas.
Sin previo aviso Julia me rodea en un fuerte abrazo y apoya su cabeza en mi hombro, desde donde estoy puedo ver que cierra los ojos, cosa que me da mucha ternura y hace que le dé un beso en la frente.
—¿Que voy a hacer sin ti cuatro meses? —pregunta.
—Aprender mucho inglés.
—Eres tonto —contesta, y puedo ver como sonríe un poco —pero aún así te quiero, aunque me saques de quicio a veces.
Nos quedamos abrazados un buen rato, en los que solo pienso que quiero aprovechar cada segundo que me queda con Julia y que quiero verla disfrutar, una idea me viene la cabeza... cuando alguien se va suelen hacer fiestas de despedida...

No confío en ti ||Julright||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora