•Capitulo treinta•

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Carlos
He quedado con Miki y con Rodrigo a las diez para ir a la fiesta, por lo que salgo de la habitación cinco minutos antes de la hora para llegar a tiempo.
La verdad es que no me apetece mucho, la música que ponen no suele ser de mi estilo y ver a chicos borrachos romper cosas que luego todos tendremos que pagar no me agrada nada; pero Marilia me acabó convenciendo ya que ella es demasiado alegre como para decirle que no.
Otro punto a favor es que va a ir Julia, estoy intentando evitarla pero me es complicado ya que estoy demasiado enamorado, la única cosa que frena mis ganas de besarle cada vez que la veo es el pensamiento de que es lo mejor para ella, no se cuantas veces al día me puedo repetir lo mismo.
Absorto en mis pensamientos llego hasta la planta baja de la residencia, donde me encuentro con mis amigos, juntos caminamos hasta la fiesta y cuando entramos nos sorprende ver la cantidad de gente que hay.
La sala es bastante grande, han puesto muchísimas luces de colores en el techo y hasta hay una barra donde se sirven bebidas, caminamos hasta ella y encontramos a las chicas.
Nunca había visto a Julia tan arreglada, se ha maquillado un montón y lleva un vestido que no había visto nunca, esta guapísima pero me sorprende su aspecto, ella no es así, ¿por que lo hace?
—¿Quieres algo de beber? —pregunta María dirigiéndose a mi.
—Vale, pídeme cualquier cosa.
—Yo también quiero algo —dice Julia.
—¡Pero si ya te has bebido dos copas! —María parece sorprendida, pero Julia se encoge de hombros restándole importancia —te vas a emborrachar un montón, pero si es lo que quieres...
—Es lo que quiero.
No comprendo que le pasa a Julia, nunca la había visto así, parece otra persona completamente diferente y temo que sea por mi culpa.
—Esta noche voy a ligar —escucho que le dice a Alba.
—¿Con quien? —pregunta su amiga.
—Con cualquiera.
Ahora sí que estoy flipando.

La noche avanza, han pasado ya unas tres horas y aún nadie se ha ido.
No he bebido a penas nada y por más que quiera mi cabeza no para de dar vueltas alrededor de una persona, Julia, hace mas de una hora que no la veo y a pesar de que no debería preocuparme no puedo evitarlo.
Ahora mismo estoy hablando con Marilia, es complicado ya que hay mucho ruido, pero más o menos lo conseguimos.
—¿Sabes donde está Julia? —las palabras salen de mi boca sin que pueda evitarlo.
—Pensaba que te llevabas mal con ella.
—Hace rato que no la veo y me extrañaba.
—No se donde está, hoy estaba más rara de lo normal.
—¿Por qué?
—Decía que se quería divertir y dejar los problemas a un lado.
Un sensacion de culpa me invade.
—Voy a baño —digo alejándome de Marilia —ahora vuelvo.

Camino a paso rápido entre la multitud de personas que bailan sin parar, aunque yo solo estoy buscando a una persona en concreto.
Hay tanta gente aquí que me es imposible encontrar a Julia, es como buscar una aguja en un pajar, continuo caminando de un lado a otro pero no consigo mi objetivo, y cuando estoy punto de tirar la toalla escucho un grito. Me giro instintivamente para ver quien es y entonces la veo unos metros alejada de mí intentado deshacerse de los brazos de un chico que no la deja.
—¡Suéltame de una vez! —escucho que dice cuando ya me he acercado completamente —¡déjame en paz!
Me es imposible no intervenir, agarro a Julia de un brazo y tiro de ella hacia mí para apartarla del chico.
—¿Y tú quien eres? —pregunta el chico mirándome con actitud defensiva.
—¿Ahora ya no eres tan valiente? —le pregunta Julia poniéndose a mi lado —es mi novio, así que déjame.
El chico desvía su mirada hacia mí para después volver a Julia y después de resoplar se marcha enfadado.
—Gracias —escucho que me dice Julia, lo que hace que me gire para mirarla con una sonrisa.
—No tienes que darlas, yo no he hecho nada, los ha arreglado tu solita.
—Si no hubiese sido por ti no me habría soltado.
Ambos nos quedamos callados con la mirada fija en el otro, noto que la expresión de Julia cambia por una más tranquila y por primera vez en estas semanas no noto que esté enfadada conmigo.
—Estoy un poco agobiada, ¿sales un rato conmigo?
—Pues claro —respondo intentado que no se note mi emoción, que ella me haya pedido esto es un gran avance.
Caminamos hacia la salida intentado no chocarnos con ninguna persona de las que están bailando, a mitad de camino veo a Rodrigo observarme mientras que baila con Marta, al darse cuenta de que voy con Julia sonríe ampliamente, que vaya a tomar el aire con ella no significa nada, ¿verdad?
Cuando por fin salimos de la fiesta decidimos ir a sentarnos en uno de los bancos que están al lado de la pista de tennis, cada uno se sienta en un extremo, esta situación es un poco incómoda pero a la vez siento cierta expectación por ver que puede ocurrir.
Ninguno habla, dirijo mi mirada hacia Julia y veo que está cruzada de brazos en señal de que tiene frío, me quito la chaqueta y se la tiendo, a lo que ella niega con la cabeza.
—No seas tonta, tienes frío.
—Estoy bien.
Levanto una ceja en señal de que no me creo nada y ella acaba rindiéndose y aceptándola. Sin darme cuenta me he acercado un poco más, aún nos separan unos centímetros pero no son muchos.
De repente Julia acerca su mano a la mía y antes de que me dé cuenta entrelaza nuestros dedos y baja la mirada hacia ellos, yo estoy un poco extrañado, pero no me aparato.
—Supongo que es hora de que hablemos —escucho que dice en un susurro.

No confío en ti ||Julright||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora