•Capitulo veintitres•

669 26 7
                                    

Julia
Y por fin ha llegado Navidad. Hoy es veintiuno de diciembre y estoy preparando la maleta para volver a casa mañana.
Debería estar ilusionada pero realmente me siento todo lo contrario, no quiero estar dos semanas separada de Carlos y además sabiendo que él está con su padre, se que no le pasará nada pero aún así me gustaría estar a su lado cuando le explique que tiene que darle el dinero a los chicos esos ya.
Voy metiendo todas mis pertenencias en la maleta mientras que pienso en todas las cosas que me han pasado desde que llegué, que no han sido pocas.
Un golpe en mi puerta hace que vuelva a poner los pies en la tierra, corro abrir suponiendo que es Carlos, y no me equivoco.
—¿Que tal vas con la maleta? —pregunta mi novio entrando en la habitación.
—Ya casi la he terminado, pero aún me queda un rato.
—He pensado que podríamos quedar esta noche... no se si mañana nos podremos despedir —enseguida veo como si expresión se pone más entristecida, tiene razón, una vez que nuestros padres lleguen mañana tendremos que fingir que no nos conocemos.
—Me parece bien, ¿quedamos a las ocho en el pasillo?
—Perfecto —contesta el acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla para después dirigirse a la salida.
—Podrías haberme dicho esto por un mensaje del móvil, no tendrías por que haber venido.
—Ya lo sé, pero cualquier oportunidad para verte es buena.
Y dicho esto cierra la puerta dejándome con una sonrisa tonta en la cara.

Carlos y yo salimos del restaurante después de cenar, hace bastante frío, pero aún así las calles están repletas de personas viendo el alumbrado de Navidad.
—Vamos a comprar un chocolate caliente —dice Carlos cogiéndome de la mano para no perderme entre la cantidad de personas que caminan de un lado a otro —conozco un sitio aquí que está genial.
—¿Como conoces tantos sitios? —pregunto cuando empezamos a andar, y, aunque ahora vayamos por un camino en el que no hay a penas gente no nos hemos soltado la mano.
—Tenía una novia madrileña que conocía toda la ciudad.
—Nunca me has hablado de ella, ¿como era?
—Ni la mitad de guapa que tú.
Niego con la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja, este chico es un moñas, pero me gusta.
Y por fin llegamos a la famosa cafetería, conseguimos un sitio en una de las esquinas y enseguida pedimos lo que queremos. Reviso mis redes sociales mientras espero y veo que Rodrigo también está con Marta, Carlos y yo no somos los únicos que nos separamos.
Levanto la mirada y me encuentro con que Carlos me está mirando con una pequeña sonrisa.
—¿Que pasa? —pregunto dejando el móvil y mirándolo de la misma manera.
—Tengo algo para ti —comienza a decir rebuscando en su bolsillo —un regalo navideño.
—Carlos... —respondo sorprendida —no tenias por qué.
—Me gusta hacer regalos, y más aún a las personas que quiero, toma —dice tendiéndome una pequeña cajita.
La cojo con cuidado y la abro bastante intrigada por lo que me pueda encontrar. En el interior veo un colgante dorado, con una pequeña llave.
—La llave significa confianza, la que tú has puesto en mí a pesar de todo.
Me levanto enseguida para darle un abrazo.
—Te voy a echar muchísimo de menos —es todo lo que alcanzo a decir.

No confío en ti ||Julright||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora