¿Que sentía?

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Me desperté feliz, me encantaba mi sudadera así que aprovechando que era un día nublado me la puse. Salí de la casa después de desayunar y bañarme, hoy tenía que hacer algunas cosillas del trabajon y después tendría la tarde libre. A madrugar se ha dicho. Llegué al trabajo y ahí estaba Emilio… con su novia. ¿Que no se supone que solo podían verse pocas veces? Ambos me vieron y me sonrieron, les sonreí por cortesí. No pienses en nada, no pienses en nada. Emilio se acercó. ¿Que quería?

-Que bonita sudadera - me dijo.

-Sí - le dije con emoción- Es muy bonita.

Emilio no parecía estar feliz. Le sonreí y me fui, quería saber si había comida en alguna parte.

Pasaron horas y horas en las que estábamos ensayando y nos estaban comentando cosas, fue un día muy pesado. Terminamos todo y ahora tocaba relajarse, aunque si quería estudiar un poco todo lo que nos habían dicho, así que no sabía si ir a casa o a un lugar tranquilo.

-Hey, Joaquín - su voz era muy familiar.

Alguien me abrazó por detrás encerrando mis brazos en los suyos.

-Joseph ¿que haces aquí?

-Tengo contactos.

-¿Qué?

-Es broma, por aquí trabajo y tu amigo Emilio comentó que se encontraba aquí, así que decidí venir.

Sonreí sintiendo la calidez del abrazo.

-Me encanta verte con tu sudadera, te ves tan lindo.

-Si, es que hacía frío y…

-No tienes que darme explicaciones.

-¿Que haces tú aquí? - Emilio venía hacía noostros.

- ¿No puedo venir a ver a mi amigo? - levanto una ceja.

-Pues si, pero fuera de aquí, esta es una zona de trabjo.

-¿Y no debería contar los mismo para ti? - dejo de abrazarme para señalar a la novia de Emilio.

-Pero yo pedí permiso para que ella estuviera aquí, además no te metas con ella imbécil- su tono de voz iba en aumentó.

-Pues yo también pedí permiso para ver a Joaquín y no creo que sea apropiado traerla a ella - volvió a señalarla- además ¿a ti que te importa? Metete en tus asuntos ¿no crees?

-Joseph, basta - le dije, las cosas se estaban saliendo de control.

-Joaquín me importa y por eso me meto, y que te valga madres si traigo a mi novia o no.

-Sí te importara Joaquín no estarías armando todo este alboroto solo porque vine a verlo.

-Eres muy mayor que él.

-Solo son tres años.

-Joseph vamonos.

-¿Te vas a ir con ese imbécil? - me preguntó Emilio.

-Emilio cálmate.

-Es que Joaquín, no entiendo porque lo defiendes.

-Por que es mi amigo.

- Yo también soy tu amigo - me pareció que su voz se quebró - Pero ya no importa, que te diviertas con tu amiguito.

-Emilio.

-Olvidalo - Se fue furioso, agarro el brazo de María y salieron del edificio.

Y como si el portazo que dio Emilio hubiera provocado el clima, comenzó a llover.

-No pelees con él - dije.

-Es que no entiendo porque viene a reclamarme cuando yo nunca le dije nada.

Mire al suelo, no quería que Emilio estuviera triste, no podía dejar las coas así. Respire profundo y sali del edifico casi corriendo.

-¿A dónde vas? - escuche que grito Joseph.

Aunque estaba lloviendo y me estaba mojando quería encontrarlo, por lo menos no estaba lloviendo tan intenso. Lo busqué con la mirada. Me aleje más del edificio y gire hacia la derecha, sentí que mi corazón se rompia de nuevo. Emilio estaba besando a su novia, la agarraba de la cintura mientras ella lo abrazaba del cuello. Me alejé de ahí, fue un error irlo a buscar. Me tropecé y cai a un charco, auch, eso había dolido. Me levanté y vi a Emilio acercase a mi.

-Joaquín ¿Estas bien?

-Si.

Emilio extendio su mano para ayudarme a levantarme pero se la rechaze, no quería saber nada de él.

-¿Enserio estas bien?

-Que si Emilio.

Joseph llegó corriendo conmigo, se quito su chamarra y me cubrió.

-Debes tener mas cuidado- me dijo agarrandome de la mejilla. - ¿Te heriste?

-No, solo quiero irme a casa.

-Bien, yo te llevó.

Me abrazó y caminamos juntos.

-Ahora lo entiendo-dijo Emilio - Quédate con el entonces.

Que clase de tonterías estaba diciendo. Joseph se giro pero lo detuve, ya no quería pelear, solo quería irme a casa. Sin esperarlo me fui, quería llorar, quería gritar.

EMILIO.

Necesitaba saber, necesitaba saber si aún la amaba.

-¿Estas bien?

-besame, solo besame.

Unió sus labios con los míos, se sentía bien, era como medicina, medicina para el dolor que no se porque estaba sintiendo. El beso de apoco se volvía mas intenso. Escuche un golpe que hizo exaltarnos a los dos.

-Voy a ver que paso.

Fui directo y encontré a Joaquín tirado en el piso. ¿Nos habra visto? No, no quería eso, ¿o si? Quiza para terminar con todo esto.

-Joaquín ¿Estas bien? - le dije, me oreocupaba más de lo que pensaba.

-Si. - dijo secamente.

Extendí mi mano para ayudarlo a levantarse pero me ignoro poniendose de pie el solo.

-¿Enserio estas bien? - volví a preguntar.

-Que si Emilio.

Por si esto no fuera suficiente el imbécil de Joseph llegó con nosotros, se quito la chamarra y se la colocó a Joaquín, que barbero.

-Debes tener mas cuidado- le dijo agarrando sus mejillas. - ¿Te heriste?

Tenía tantas ganas de golpearlo.

-No, solo quiero irme a casa.

-Bien, yo te llevó.

Lo abrazó y caminaron juntos.

-Ahora lo entiendo-dije, sentí una opresión en el pecho al verlos juntos- Quédate con el entonces.

El imbécil se giro y Joaquín siguió su camino. Mire con furia a Joseph y el me sonrió, el muy hijo de puta, me sonreía burlonamente, se giro y salió corriendo atrás de Joaquín. No era posible, patee un bote de basura que estaba ahí. Ese tal Joseph no tenía buenas intenciones con Joaquín, estaba seguro. Mi novia me miró. No podíamos, no podía seguir con esto.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora