¿No es lo que parece?

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EMILIO.

-¡¿Que quieres?!

-Tranquilo, no grites o pasará algo malo.

Tenía que huir o decirle a alguien, podía sacar el celular, pero no sé si tenía alguna pistola que pudiera acabar con mi vida.

-Sé lo que estas pensando - dijo - Ni se te ocurra llamar a alguien, no vengo a matarte solo a plantearte una posibilidad.

-¿Posibilidad?

-Sí, solo vengo a contarte un pequeño dato sobre Joseph.

-¿Sobre Joseph?

-Solo queria decirte que nosotros tenemos otro hermano por parte de mi padre y que la familia por parte de él, la mayoría esta en la carcel o muertos.

-¿Qué? - Este tipo me inquietaba bastante.

-Como lo escuchaste, nuestra familia tiene tendecia al homicidio, y si soy su gemelo, ¿por que él no tendría lo mismo que yo?

-¿Por que me dices esto?

-Por que si el me mancho, yo haré lo mismo y así puedo brillar con más intensidad.

¿Que se supone que tenía que pensar? Joshua sonrió y salió del cuarto. No me hizo nada, ¿solo vino a decirme que Joseph podía ser un psicópata? ¿Para brillar? No entendía. ¿Tenía que confiar? Me senté en mi cama, no quería salir ahora, si él tenía razón, Joaquín podía estar en peligro, ¿o no? Necesitaba investigar sobre todo esto.

JOAQUÍN.

Recibí una llama de Emilio, ahora todo mundo decidió llamarme.

-¡Emilio! - dije alegré, era raro que me llamara y más ahorita.

-Hola Joaco, ¿como estás?

-Bien, estudiando ¿y tú, como te la estás pasando?

-Estupendo, oye ¿Joseph ah estado contigo?

-Emilio - No era posible que solo me llamará para eso.

-Por favor, solo dime.

-Ayer vino, solo para hablar de algo.

-¿Entonces no estás con él ahorita?

-No

-Bien, lo siento por ser tan extraño, pero necesitaba verificar que estuvieras bien.

-Esta bien Emilio, nos vemos.

-Nos vemos mañana.

Colgué. Era raro que quisiera ver si estaba bien, algo sabía, algo que no quizo decirme. Quizá podía ser que pensaba que Joshua de nuevo cambio con Joseph, como lo hizo la última vez. ¿Que paso para que pensara en ello?

EMILIO.

Bien, ya me sentía mejor al saber que Joaco estaba bien. Salí del cuarto y fui de nuevo a la playa, no había mucha gente por la hora y los días así que alcancé a ver a mis amigos que estaban comiendo y a María acostada en la arena. Fui a ella y me senté a su lado.

-¿Cuando te iras? - pregunté.

-En un día más, ¿y tú?

-Mañana regreso.

-Ya, entonces tengo que difrutarte - reímos.

Nos quedamos contemplando el mar. Me gustaría estar a solas con Joaquín, acostados en el atardecer, me gustaría estar con él. Lo amaba, no podía permitir que Joseph le hiciera daño, no podía permitir que me lo quitara.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora