Juguemos.

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JOAQUÍN.

Salí de la casa y encontré el carro de Joseph estacionado.

-Me alegró que estés bien -dijo Joseph saliendo del carro.

-¿Eres tú? Se supone que estas en el hospital.

-Me escapé, recibí un mensaje de mi hermano y decía que tenía a uno de los dos, ahora sé que es Emilio.

-Hay que ir por Emilio y llamar a la policía.

-No, si los llamas matara a Emilio, ya que a tú mamá aún la necesita, tenemos que ir al lugar solos, lamentablemente no va a proceder si tu no vas.

-¿Entonces?

-Hay que ir al lugar donde jugaba en la infancia con él.

-¿Dónde es?

-En otra casa abandonada, vamos.

Joseph se subió al carro y yo no lo pensé, necesitaba encontrar a ambos.

Llegamos a una casa destrozada, los vidrios rotos, la puerta derrumbada y el césped ya se había apoderado de la mayoría del lugar.

-¿Tienes miedo? - me preguntó.

-No, quiero recuperar a Emilio y mi mamá.

Joseph me sonrió y me beso.

-Eso es lo que me encanta de ti.

Me sonroje y le devolví el beso.

Joseph entró con cuidado a la casa y ahí estaba su hermano, parado en la sala.

-Preparé esto por años - dijo- ¿sabes que es curioso? que no somos  diferentes, ambos nos escapamos de un lugar en recuperación.

-¡Las mías fueron por lesiones, contigo era una clínica mental!

-Sí, si, como sea - se acomodó la chamarra que traía - Ahora será mi momento de brillar.

Por lo menos ahora era fácil identificarlos, uno brillaba y el otro no.

-¿Qué planeas? ¡Ellos no tienen nada que ver!

-Lastima, tengo que matarlos también. Ahora si buscas a Emilio, él está en esa habitación - señalo atrás suyo.

-Escucha - dijo Joseph en susurró - Entraré yo, tú quédate aquí - me dio un arma - Por si acaso.

-No, no - lo detuve.

-Joaquín, tengo que hacerlo, sí, nos vemos en un momento amor.

Joseph me besó, se retiró, pero yo volví a besarlo.

-Te amo - le dije, ten cuidado.

-Tú también, te quedaras con la bestia - señaló a su hermano- Yo también te amo.

Joseph pasó de largo a Joshua para entrar en la habitación.

-Lo preparé por años.

-¡¿Qué es esto?! - dijo Joseph.

¿Que? ¿Que estaba pasando?

-Te dije que lo prepare por años. Suerte hermanito.

Joshua me miró. No, no quería pelear, estaba asustado. ¿Que hacía? ¿A dónde iba?

Comenzó a dispararme. Salí corriendo hacía las escaleras. No me dio ninguna bala, parecía más como si hubiera querido asustarme. Estaba en el segundo piso y no parecía nada estable el suelo.

Escuché un ruido, un gemido, me guíe por el ruido y entré a un cuarto, ¡mi mamá! Iba a correr hacía ella cuando vi que el piso estaba demasiado inestable, miré hacía un agujero que estaba en el suelo y vi varios cuchillos pegados en el suelo apuntando su filo claramente hacia arriba. Estaba demente, estaba demente. Mi mamá estaba en el medio del cuarto, amarrada de pies a cabeza, ¿cómo iba a sacarla? Pise el suelo con cuidado y crujió hasta romperse, ¿que hacía?

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora