Te hace daño.

2.8K 211 19
                                    

JOAQUÍN.

Llegué y Joseph ya no estaba. ¿A dónde se fue?

-Hola- dijo llegando- se me hizo un poco tarde.

-¿Que? Si llegaste a tiempo.

-Bueno, creí que se me había hecho tarde. ¿No te lavaste el maquillaje?

-Ah si, rayos, se me olvido de nuevo.

-Lo siento, por usarte como conejillo de indias.

-No te preocupes, fue divertido, eso me recuerda que tengo que aclararle a Emilio que solo era maquillaje.

-Sí, creo que a todos.

Mire a mi alrededor y muchos me estaban mirando, creo que fue mala idea dejar que el practicará conmigo su maquillaje.

-Sí, tengo que hacerlo.

-Bien, ¿listo?

-Claro.

Salimos y a lo lejos vi a María quien abrazaba a Emilio. Ella vino hasta aquí por él, me alegraba que Emilio fuera feliz. Esperaba que lo tratara como se debía.

-¿Estas bien?

-Sí, estoy bien.

-¿No te duele que esten juntos?

-No, estoy feliz por ellos.

-Sabes que puedes contarme lo que queras.

-Lo sé, gracias.

EMILIO.

-¿Que tienes? - me dijo.

-María.

Fui hacía ella y la abracé, no pude evitar llorar, ella me abrazó tambien.

-Emilio, ¿que pasa?

-Lo perdí todo.

-Emilio, por eso estoy aquí. Quiero que arreglemos las cosas. Hemos estado un poco distantes, ya sé, pero quiero arreglaro.

Escuche que un carro arancaba, mire hacia donde provenía el sonido y vi al amor de mi vida irse con el amor de su vida. Los seguí con la mirada hasta que se perdieron.

-Ya entiendo - dijo María - creo que el ya es feliz, dejame ser feliz contigo, dejame hacerte feliz.

Me beso, le correspondi. Quería alejarme de Joaquín, de esos pensamientos.

Semanas después.

JOAQUÍN.

Terminamos de presentar el musical y me sentía super feliz, estaba super nervioso, pero feliz. Salí y encontré a Joseph en el estacionamiento. Emilio salió después de mi.

-¿Que haces aquí? - pregunté.

-Quiero asegurame de que llegues a casa.

-Gracias.

-Hola Emilio. - dijo Joseph.

-Si, hola- contestó secamente.

Joseph me agarró del brazo y comenzó a jalarme hacia el carro.

-Espera - le dije- me lastimas.

-¡¿Que te lastimo yo?! ¡Tú eres el que no deja de lastimarme por andar de empalagoso con tu amigo!

-Eso no es verda.

-¡Pues bien que dejas que te toque las caderas!

-Joseph tranquilo.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora