Playa.

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EMILIO.

Le pedí permiso a mi papá, casi le suplique, mi mamá tuvo que intervenir para que me dejara dos días libres. Me iría a la playa con dos amigos a despejar mi mente. Lo necesitaba, alejarme del mundo, de Internet de Joaquín y aclarar todo.

..........

Llegamos a la playa, le había dicho vagamente a Joaco que iba a tomarme dos días libres y le explique al elenco que no me sentía muy bien y necesitaba esto. Lo mejor de tener un elenco increible es que me entendieron.

Comi un postre y después fui al mar. Los tres nos aventamos al agua y comenzamos a divertirnos, mojandonos y sumergiendo a uno de vez en cuando.

Salí cansado. Me sequé y me acosté en la arena. Contemple la puesta del sol. Una chica paso delante de mi, era linda, su cabello ondulado, su cuerpo que no estaba para nada mal, se giro…. ¡¿Que?! ¡¿María?!

-Emilio - dijo acercandose - ¿Que haces aquí?

-¿Qué haces tú aquí?

-¿No deberías estar grabando?

-Sí, pero tengo problemas. ¿Que haces aquí?

-También necesitaba despejarme, después de lo que paso contigo.

-Sí, lo siento, pensé que habíamos acordado fingir.

-Aún no entiendo que pasó - se sentó aún lado de mi.

-Ni yo, según yo, fuiste tú quien me propuso que fingieramos salir para que los medios no se enteraran de mi relación con Joaco. ¿Y tú?

-Fuiste tú quien me pidió perdón y me envió unas flores y un peluche para que regresaremos.

-¿Que raro?

¿Como había sucedido todo eso? Alguien afuerzas tuvo que hacerlo, ¿Joseph, Joshua? Joshua no tenía motivos, ¿para que hacerlo? No tenía sentido, pero Joseph.

-¿Estás bien? - preguntó.

Me miró. Los rayos de sol brillaban en ella, sus ojos eran hermosos, tenía que admitirlo. Sonreí, nuestra relación fue linda, tuvo sus momentos, pero creo que todas las parejas eran así, ¿no?

-¿Quieres ir a comer algo? - dije. ¿En que estaba pensando? Ella sonrió.

-Creo que no deberíamos…

-Solo como amigos.

-Bueno, vamos.

Nos levantamos, nos sacudimos y fuimos por algo de comer. Mire atrás y vi a mis amigos a lo lejos mirandome, por el sol que me daba en la cara no pude distinguir sus expresiones, lo más probable que eran de desaprobación. Solo quería concentrarme en otra cosa, solo quería pensar en otra cosa y por ahorita, estar con María era fresco.

JOAQUÍN.

No pude terminar la conversación con Joseph porque le marcaron de su trabajo y se tuvo que ir, pero quería hablarle de nuevo, para concluir todo, este tema le importaba y por lo tanto me importaba.

Nos dieron dos días libres al parecer porque Emilio estaba mal, quería hablar con él, pero de seguro necesitaba su tiempo, asi que era mejor darselo.

Llamé a Joseph para que viniera a mi casa cuando tuviera tiempo. Ya eran las tres de la tarde y me llamó para decirme que estaba por llegar. Toco la puerta y fui a abrirle. Fuimos a mi habitación y nos sentamos en mi cama.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora