Les Fallé.

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JOSEPH.

Llegué lo más rápido que pude al hospital. Entré y busqué a Emilio. ¿Dónde? ¿Dónde está? Tome mi celular y le marque. Nada, no me dio tono. Mierda. Me acerqué al mostrador con la secretaria que no hacía más que ver su celular cada segundo.

-Disculpe. ¿No vio a un muchacho como de esta estatura - señale con la mano - cabello chino y ojos cafés?

-Hay muchos como de su descripción - siguió en el celular sonriendo e ignorándome.

-Necesito encontrarlo, estaba sentado ahí - señale el sillón.

-Ah de estar por ahí - dijo desinteresada - Así son todos los mocosos.

-No era un… olvidelo.

Me di la vuelta y una señora embarazada tocó ligeramente mi hombro.

-Es muy pesada, ¿verdad? - sonrió.

-Un poco.

-El muchacho que dices, ¿llevaba una playera roja?

-Sí, ese, ¿lo ha visto?

-Preguntó por alguien y subió al elevador.

-¿Qué? ¿No vio si alguien lo perseguía o algo?

-No podría decirte si lo perseguía, pero alguien como de su estatura - me señaló - subió junto con él. Se veía bastante sospechoso, no alcance a verlo bien, pero creo que tenía sangre en sus pantalones.

-Muchas gracias.

-No tiene porque. Espero que todo este bien.

Le sonreí y volví a agradecerle. Fui con la resepsionista y pregunté por Joaquín.

-Ya tiene visita.

-Sí, buscó a quien fue a buscarlo.

-Entonces espere en la recepción.

-Pero voy atrasado en algo y necesito decirle que ya nos vamos.

-Llamele por celular señor - maldita señora, desearía tanto haberme traído todo mi equipo de la policía.

-No contesta, solo iré por él y nos vamos.

-Lo siento, solo uno por paciente.

Suspiré. Quería arrancarle el celular y romperselo.

-Los pacientes están registrados en esa lista - dijo el esposo, supongo, de la mujer embarazada - te echaremos una mano.

La mujer comenzó a gritar, parecía que estaba a punto de parir. La recepsionista se levantó, llamo a alguien y fue corriendo a la mujer. Fui rápidamente a ver la lista. Segundo piso, Joaquín. Bien. Me alejé y le agradecí de lejos a la mujer la que de la nada dejo de gritar diciendo que era una emergencia falsa.

Llame al ascensor y subí. Vamos, vamos. Que Emilio estuviera con Joaquín, por favor. El ascensor paro y salí casi corriendo. Entré al cuarto y solo vi a Joaquín desmayado. Aguanté las ganas de gritar.

¿Donde buscaba ahora? ¿Que hacía? Me acerqué a Joaquín y le di un beso en la frente. Deseaba que estuviera despierto conmigo.

-Perdón por fallarte - dije sosteniendo su mano - perdón por no poderlos cuidar.

Le di otro beso en la frente y salí de su habitación. Ahora tenía que preguntar si alguien no lo había visto.

Busqué por todo el hospital y nadie recordaba haberlo visto. Volví a llamarlo y nada. Volví al ascensor y observe cada rincón.

Una mancha de sangre en una esquina. Agarré un cotonete y tome un poco de la sangre para meterla en un frasco. Seguí buscando pero solo había eso. Solo tenía eso.

Llamé a mi compañero para que hiciera guardia por Joaquín. Ya le debía bastantes. Tenía que dar esta muestra para ver de quien era, e ir a la casa de ambos. Eran los únicos lugares dónde Emilio podía estar. Subi al carro y maneje a toda velocidad.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora