¿Qué quiere de nosotros?

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EMILIO.

Esperamos hasta que por fin llegó. Joseph corrió a abrazarlo y le explicamos todo lo que sucedía.

-¿Y que quieres que haga? - preguntó Frank.

-Solo que lo hagas hablar, que veas si hay alguna pista o algo.

-Creo que eso puedes hacerlo tú.

-No puedo si se trata de Joaquín. Me es difícil concentrarme.

-Bien. Entremos.

Joseph volvió a abrir la puerta y todos entramos. El productor de nuevo se subió el cierre.

-Que forma de arruinar una increíble fantasía. - se levantó - ¿Quien es el chiquillo? Tengo que ir a trabajar.

-¿Chiquillo? - preguntó Frank indignado - Bueno, ya empezamos mal.

-¿Dime dónde esta Joaquín? - preguntó Joseph.

-No tengo idea - sonrió

-Miente - dijo Frank- sus ojos van de un lado a otro de la habitación. ¿Está nervioso? - Se acercó a él.

-Claramente no me meto con chiquillos.

-¿De que habla? - Frank sonrió - Yo no me quiero meter con nadie - se acercó hasta su escritorio. - Solo quiero respuestas.

-Yo no sé donde está.

-Pero si sabe porque se lo llevaron, ¿no?

-No se nada.

-¿Seguro? - sonrió y miro todo a su alrededor - ¿Que veía en su ordenador?

Joseph sostuvo al productor mientras Frank indagaba.

-¡Es mi privacidad! puedo demandarlos. - Frank sonrió y se alejó del computador.

-Digame señor - Joseph lo soltó - ¿A quien cree que le van a creer, a usted o a mi? - Frank respiro profundamente - Yo no quería - su voz sonaba temblorosa - El me obligo a hacerle cosas asquerosas.

De verdad parecía una víctima, sus ojos vidriosos, su voz que parecía querer llorar y sus expresiones de asco y temor.

-No te van a creer.

-¿Seguro? - dijo Frank sonriendo - Pues en su ordenador hay pornogragia infantil.

-Yo no tengo nada de eso - comenzó a sudar.

-¿Seguro? Quiere que le muestre lo que encontré.

-No, yo no…

-Es un delito tener pornografia infantil - dijo Joseph - ¿Sabe lo que le hacen a personas como usted dentro de la cárcel?

-Está bien - dijo derrotado - Esta en un auto junto al hospital, solo sé eso.

-¿Seguro? - se acercó Frank.

-Sí, si, no sé más, solo eso.

-Dice la verdad.

-Gracias Frank, ¿te quedas con él para evitar que avise al asesino?

-Claro hermanito, yo lo vigilo - sonrió.

Joseph y yo salimos para volver al carro e ir al hospital.

-¿Como sabían que tenía pornografia? - pregunté - Digo estuvo por muy poco tiempo en el ordenador.

-Que bueno que él no pensó como tú, no sabíamos, Frank lo dedujo y cayó redondito.

Que bueno que tenía un hermano semi psicópata. Espero que Joaquín esté bien.

Llegamos al hospital y decidimos separarnos para buscarlo. El productor dijo cercas del hospital en un carro. Busqué con la mirada.
A lo lejos vi a un tipo salir de una camioneta. ¿Sería esa? Se veía bastante sospechoso.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora