Confusión. (Emiliaco)

Tempestad.

EMILIO.

Desperté algo mareado. Mis ojos ya se habían acostumbrado a la luz. Me sentía súper débil así que me levante con cuidado. Mi hermana llegó y trajo un poco de comida. Me hacía falta. Su cara denotaba total preocupación por mi.

No hablé mucho con ella de lo sucedido, decidí mejor darme un baño, me sentía muy sucio.

Abrí la regadera y deje caer el agua sobre mi cuerpo. No era ni muy fría ni muy caliente, era perfecta. Sentí que cada músculo de mi cuerpo se relajaba. Era maravillosa la sensación del agua caer en mi rostro. Terminé de bañarme y salí para ir a mi cuarto. Entré. Cualquiera de los gemelos estaba en mi cuarto.

-¿Qué haces aquí? - dije fríamente.

-No soy Joshua. ¿Ves que estoy cubierto de algún brillo? - se giro burlonamente.

-Lo siento, pero uno debe estar seguro.

-Lo sé.

-¿Como entraste?

-Tu hermana me dejó entrar y me dijo que te estabas bañando así que me llevó hasta aquí.

-¿Por que no dijo que esperaras en la sala?

-Ni idea.

-Bueno, ¿puedes salir mientras me cambio?

Joseph me miró, se sonrojó y desvío la mirada. Sentí que mi cara ardía de la vergüenza.

-Claro, te espero afuera.

Joseph paso aún lado de mi hacía la puerta, la abrió y salió, me gire para cerrarla pero sentí como la toalla se deslizó fuera de mis caderas, cayendo al suelo. Jospeh desvío la mirada y me ayudó a cerrar la puerta.

Maldita sea. Si fuera Joaquín no me hubiera importado. Estupida toalla. Comencé a vestirme. Ojalá que no haya visto nada. Maldita sea. Terminé de cambiarme y lo dejé entrar. El entró con los ojos cerrados.

-Ya estoy cambiado.

-¿Seguro que no se te va a caer la ropa? - le di un golpecito y ambos reímos. - ¿Que paso con Joshua?

-Nada de tortura por suerte. Solo me dio comida y eso es todo.

-¿No te dijo nada?

-No, solo me alimento e incluso una noche que hizo frío me puso una manta.

-¿Una noche?

-Sí, no supe que día era.

-¿Como que día?

-Es que no sé cuánto tiempo estuve ahí.

-Emilio - me miró - Solo fue un día.

-No me chingues.

-No lo hago. Solo tarde un día en encontrarte.

-¿Que?

-¿Por que pensaste que fueron varios días?

-Pues me dio de comer varias veces y la luz que se filtraba a través de mi venda y la inyección.

-¿Te inyectó algo?

-Sí, bueno, supongo que era somnífero o algo, porque me daba mucha pesadez.

-Es peligroso que te la suministre tanto tiempo.

Se levantó y me levanto de la cama.

-Hay que llevarte al hospital, sirve que ves a Joaquín.

-¿Él ya despertó?

-Sí. Y parece que ya está mejor.

JOAQUÍN.