Un final...

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JOAQUÍN

¿Que hacía? ¿Como la rescataba sin caerme? Respire hondo. Estaba entrando en pánico. Él debió ponerla de algún modo sin caerse, ¿cómo lo hizo?

Escuché pasos subir. Me gire al sonido, esperaba que no fuera el demente. Un alivio grande senti al ver el rostro de Joseph.

-¿Qué sucede? - me dijo

-Mi mamá, el suelo está inestable.

-Bien, jugábamos a este tipo de cosas, creo que es el mismo código.

-¡¿No estás seguro?!

-Es muy posible que sea.

-¡¿Y si no lo es?! ¡Mi mamá va a morir!

-Confia en mi, por favor.

Me agarró del rostro y depositó un suave beso en mis labios.

-De acuerdo, ten cuidado.

Joseph comenzó a entrar pisando determinado lugar. Por favor que ninguno cayera. Una puerta se abrió, venía a nosotros. Cerré la puerta donde estaba mi mamá, para distraer la atención a nosotros.

-Tenemos que pelear Emilio - le dije.

El asintió. Parecíamos patéticos, se notaba el miedo en todos nuestros gestos. Joshua subió las escaleras con navaja en manos.

-Ahora si, ustedes van a morir - dijo.

Corrió hacia Emilio pero este lo esquivó. Blandia al aire la navaja. Se fue contra mi, pero de milagro lo esquive corriendo a las escaleras, escuche gritar a Emilio y al voltear Joshua le había hecho un corte en la pierna. Emilio cómo pudo, también bajó las escaleras. Joshua nos siguió, era difícil esquivarlo era hábil. Se fue contra mi y me hizo un corte en el brazo, me hice hacia atrás para evitar más cortes. Emilio se abalanzó contra él, me encime también e intenté quitarle la navaja, con sus pies nos golpeó a ambos en el abdomen, auch, dolía, ese golpe dolió.

-Su fin, un final nada feliz para ustedes.

Me intente levantar y ayude a Emilio. Joshua se acercó sonriendo. Me faltaba el aire. Sacó dos navajas y las alzó… Sentí un ardor, un retumbar en mi pierna. Algo caliente recorrió mi pierna, grité al igual que Emilio. Había enterrado su navaja en mi pierna derecha y a Emilio le hizo lo mismo. No podía moverla, ardía.

-Sí quitan las navajas van a desangrarse - dijo.

Joshua sacó una daga ¿de dónde consiguió eso? Me arrastre hacia atrás y saqué el arma. ¿Como la utilizaba?

-Eso no te va a funcionar- dijo y de un movimiento con el pie la pistola salió volando de entre mis manos.

-¡No le hagas daño a él! - grito Emilio - ¡Vamos lastimame a mi imbécil!

¿Que hacía? ¿Que estaba haciendo? Joshua sonrió y se dirijo hacía Emilio. No, ¡No! Joseph apareció y lo derrumbó. Ambos comenzaron a pelear en el suelo, mi mamá corrió hasta mi y me abrazó.

-¿Te encuentras bien? - dijo examinandome todo - ¿Que te hizo?

Tocó ligeramente la herida, ardía como un carajo.

-¡Váyanse! - dijo Joseph.

-¡No te voy a dejar!

-¡Con un demonio Joaquín, vete!

Joshua le clavó la daga en el abdomen.

-¡Jospeh!

No podía perderlo. Me levante como pude, mi mamá me agarró y comenzo a arratrame hasta la salida.

¡No! ¡Joseph!

Jospeh se defendió con las manos pero este comenzo a apuñalarlo con una gran sonrisa. Todos estabamos debiles, no podiamos hacer nada. El tipo se levantó, Joseph no se veía nada bien.

-¡Joseph!

Mi mamá como pudo nos comenzó a sacar de la casa, no podía apoyar mi pierna, me dolia mucho.

-No - dijo Joshua- No se irán tan fácil.

Sacó una pistola y nos apunto… un estruendo se escuchó. Por inercia cerré los ojos.

-¡Joaquín! - gritó Emilio.

Abrí los ojos. Joseph, estaba tirado frente a mi, con una bala atravesando su cuello, sangraba por todos lados, me arrodilla con él.

-No, no, por favor - la vista se me nublo por las lagrimas - No te vayas.

-Te… Amo - dijo

Escuché la ambulancia y las sirenas.

Tome la pistola que me había quitado, que ahora me quedaba más cerca y le dispare en la pierna al hermano.

-Jospeh no te vayas.

-Se… feliz...Joaquín.

-No por favor, te amo, no te vayas, no me dejes.

Joshua chilló de dolor. Estaba tirado en el suelo, se levantó e intentó huir, pero la policía entró y lo detuvieron. Todo pasaba tan rápido.

-Te amo - le dije con lágrimas.

-También… te… Amo…

Le di un beso en los labios, se sentía frío. Me acarició la cabeza. Me acosté en su pecho para sentir su último suspiro.

Lloré, lo agarré más fuerte y lloré. Lo había perdido, se había ido. Joseph, te amo.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora