El hermano.

2.7K 209 8
                                    

Joseph y yo fuimos hasta una casa abandonada.

-¿Seguro que quieres entrar? - me dijo.

-Claro, si Joaquín esta en peligro necesitas a alguien más.

-Es que tu no entiendes, él esta chiflado.

-Quiero rescatar a Joaquín, vamos, entra.

Entramos a la casa. Tenía mucho miedo, mis manos temblaban ligeramente. No sé en lo que me estaba metiendo, pero quería salvar a Joaquín, quería que el estuviera bien.

La casa estaba con polvo, los muebles destrozados y parte del techo estaba caído en el piso. Pero en todas las paredes estaba escrito distintas palabras con pintura fluorescente de diferente color, pintura que brillaba en la oscuridad.

Mi brillo.

Yo siempre brillare.

Acepta tu destino.

Acepta esta historia con un final no feliz.

Brillaré como una diamante.

Seré un resplandor.

Esas eran las frases que más se repetían. Joseph tenía razón, estaba chiflado. Comencé a sudar, solo quería ir por Joaco y largarme.

-Mantente cercas de mi - me dijo Joseph.

La casa parecía de locos. Fuimos hasta una habitación y ahí estaba Joaquín, amarrado de pies a cabeza con un tipo identico a Joseph, incluso la ropa era identica a la que traía.

-Joshua ¿Que pretendes? - dijo Joseph.

El otro tipo rió fuerte.

-Que novio tan bonito tienes.

¡Las voces eran casi idénticas!

-¡Déjalo ir imbécil! - Me altere, no soportaba ver a Joaquín así, su mirada de terror, sus lágrimas en su carita, no podía verlo así, no.

-Calmate - me dijo Joseph agarrandome del hombro- Es un tipo delicado, hay que tener prudencia.

Me ponía furioso no poder hacer nada, sentía una impotencia inimaginable. Respire ondo y espere.

-Ya estoy aquí. Dejalo ir.

-¿Cres que es tan sencillo? - rió- Quiero brillar, quiero ser lo que nunca pude ser.

-Te puedo ayudar, solo dejalo ir.

-Que lastima - sacó una navaja- No se puede vencer a un perfecto ser, no necesito un segundo yo.

El tipo agarró a Joaquín y coloco la navaja cerca de su cuello, me acerqué pero Joseoh me agarró. Joaco estaba llorando, no podía hacer nada porque su boca estaba tapada por una prenda. Mi corazón se aceleró, no quería que le pasara nada, por favor, que no le pasara nada, por favor.

-No- dijo Joseph enseguida - Él no tiene nada que ver.

El tipo rió y con la otra mano sacó una pistola. Había que llamar a la polcicia, ¡este tipo estaba Chiflado! Necesitaba tener a Joaco ya en mis brazos, necesitaba tenerlo ya. No soportaba.

-Por favor, solo me quieres a mi.

-Quiero brillar, quiero tener mi brillo y tú eres una molestia.

Joaquín pateo al tipo haciendo que este cayera al suelo. Joseph se lanzó hacia el tipo y ambos se enfrascaron en una pelea. Corrí hacia Joaquín, le quite la cuerda y la prenda. Teníamos que actuar rápido, teníamos que irnos. Un estruendo nos dejó sordos a ambos. Estaban disñarando la pistola a lo idiota. Agache la cabeza de Joaquín quien lloraba sin parar. Todo ruido se fue. Levante la vista y vi a uno de ellos tirado en el suelo con una mancha de sangre y al otro arodillado con la pistola en manos.

-Por fin todo termino - dijo la persona arrodillada, creo que si era Joseph.

-¿Te encuentras bien Joseph? - apenas podía hablar.

-Claro, cumpli mi objetivo, ahora a brillar.

Sonrió. Se escucharon unas sirenas cercas.

-Rayos - dijo.

Estábamos muertos. Abracé fuerte a Joaquín. Él nos miró. Nos sonrió y se fue. ¿Que? ¿Por que se fue? Pude por fin respirar, no me había dado cuenta que estaba aguantabdo la respiración, de verdad creí que iba a morir. Las lagrimas comenzaron a salir. No quería experiementar algo así nunca más.

-Joseph - dijo apenas Joaquín estirando su manos hacía el cuerpo tirado.

No se si estaba muerto, no sabía que hacer.

Los policías entraron y todo paso tan rápido, nos preguntaron tantas cosas, solo quería estar en mi casa con mi familia, con Joaquín, quería que todo acabará. Se llevaron a Joseph al hospital.


JOAQUÍN

Llegamos al hospital y nos atendieron para confirmar que no teníamos ningún daño. Jospeh, ¿donde estaba? Los enfermos iban y venian. ¿Que había sucedido?

-Joaquín - dijo Emilio llegando conmigo- ¿Estás bien?

Negué con la cabeza, él me abrazó y no pude evitar llorar. Tenía miedo, mi cuerpo temblaba ligeramente.

-Ya todo pasó - me dijo Emilio abrazándome más fuerte- Ya estoy yo contigo.

-Joseph - apenas pude pronunciar.

No sé qué me pasaba, era como estar en un sueño, en este caso, una pesadilla. ¿Joseph estaba bien?

-No sé, se lo llevaron a urgencias, aún no han dicho nada.

La familia de Emilio entró al hospital, junto con algunos amigos suyos.

Mi mamá, ¿Dónde está? ¡¿Dónde está?!

-¡Emilio! - dije, todos voltearon  a verme- Mi mamá, no se que le hizo.

-Es verdad - dijo Emilio - Hay que reportarlo a la policía.

No, no, las lagrimas salieron. Por favor que mi mamá estuviera bien, por favor. Me comencé a sentir débil, veía borroso, mamá. Emilio me abrazó.

-Ella a de estar bien, creo que al único que quería matar era a Joseph.

No pude evitar llorar de nuevo. Emilio volvió abrazarme.

Reporte a la policía la desaparición de mi mamá y dijeron que buscarían por la zona. Emilio se quedó a mi lado. Regresamos al hospital, aún no había noticias de Joseph. Esperaba que estuviera bien, por favor. Me senté en un sillón y coloque mis manos en mi rostro para llorar de nuevo. Emilio volvió a acercarse a mí para abrazarme.

La noche se fue y llegó el día siguiente. Me quedé dormido en el hospital, quería saber si estaba bien. Pasaron las horas y sin noticias. ¿Cuánto podían tardar? María entró al hospital junto con Renata, no, no lo soportaba. Mis ojos se inundaron de lágrimas. Emilio corrió a abrazar a María.

-Gracias por estar aquí - dijo Emilio.

-Siempre lo estaré.

María lo beso y él se dejó, besándola también. Mi corazón, ya no sentía que quedaba nada, ya no sentía que me quedaba nada. Mire mi celular, podía llamar a Andy, no, no tenía ganas. Un enfermero salió y se dirigió hacía mi.

-¿Eres conocido de Joseph?

-Sí, soy su novio.

-El paciente se encuentra en estado de coma debido a un golpe en la cabeza que sufrió…

Dejé de escucharla. ¿Como que en estado de coma? Me senté en el sillón al sentir mis piernas flaquear. ¿Ahora que hacía? Escondí mi rostro en mis manos y comencé a llorar. Esto era demasiado, todo se derrumbaba. Por favor, no.

Confusión. (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora