X Cap. 7

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Cuando era niño, me gustaba ver a los árboles desaparecer mientras viajaba en el auto de papá, me gustaba doblar los brazos sobre el respaldo de la puerta y quedarme mirando. Recuerdo con mucha claridad un día en especial; tenía nueve años y papá había peleado con mamá por razones que uno de niño no termina de entender, pero a mi corta edad sabía que papá había sido el ganador porque mientras nosotros nos alejábamos ella se quedaba llorando atrás. Mamá desaparecía, los árboles desaparecían, le pregunté a papá cómo todo desaparecía y recuerdo muy bien sus palabras: "Mirando por la ventana"

— Me gusta mirar por la ventana. -murmure.

Jenna estaba alterada, mi amiga no dejaba de gritar, mi amiga no dejaba de gritar y tratar de acelerar el vehículo. No sabía que sabía conducir. Quería decírselo, decirle eso y que me aturdía mucho sus gritos, pero qué podía hacer yo si tenía sangre en la boca y los músculos del rostro contraídos.

— ¡Tyler! ¡Tyler! Sigue hablando.

Se veía bonita. Eso quería decirle, que se veía muy bonita con el rostro desmaquillado y el vestido blanco. Se veía como lucía mamá el día de su boda.

— No llores pequeño. —su mano buscó la mía y pretendí que era fácil mantener la presión. — Todo va estar bien.

Sino hubiera recibido la paliza de mi vida y no me encontrará tan mal, hubiera podía decir que ya nada estaba mejor antes de conocernos. Pete se había enojado mucho por el beso con Josh, irónico porque él mismo me obligo a hacerlo, razón por la cual pasar la noche con él fue muy violento. No habían sido solo un par de golpes en la cara ni tener algunas costillas adoloridas, el solo hecho de ser acusado con tanta autoridad me había descolocado. No hice nada para defenderme, nada. El empezó a gritar y lo dejé hacerlo, me empezó a señalar con el dedo hasta lastimar con empujones, pero me retiré, dijo que me vio muy a gusto con Josh y aunque yo sabía muy bien que solo fue una presión de labios, le di la razón de acusarme. Me dijo todo lo que iba hacerme y yo acepte.

— Tyler sigue hablando. —sé que ya estábamos por llegar al hospital porque el rostro de Jenna estaba ansioso por conseguir un lugar donde estacionar.

No sé en qué momento me volví tan insignificante, ya lo era cuando hui de casa sin decirle a mamá, acobardado porque un hombre nuevo había llegado a vivir con nosotros y yo le temía. Que tonto había sido al pensar que en mi propia casa corría peligro, cuando la realidad es que en el mundo existen personas más horribles de lo que uno se imagina.

— ¡Un doctor! —mi rubia amiga salió disparada del auto. Yo la veía alejarse, solo podía distinguir su cabello amarillo. — ¡Por favor un doctor que nos ayude!

Sino me hubiera quedado dormido luego de complacer a Pete, si tan solo hubiera salido del colchón a hurtadillas y me habría escondido bajo la cama o hubiera echado a correr a la calle, tal vez no le hubiera dado la oportunidad a Pete de atacarme con una lampara en plena madrugada. Supongo que despertó y verme junto a él, le dio asco.

Lo entiendo, últimamente las nuevas personas que me rodeaban sentían asco de mí.

Ya no quiero vivir

— ¡Tyler!

Jenna llegó acompañada de un par de enfermeros hasta el vehículo que había estacionado en medio de la autopista, su dueño con seguridad la demandaría después, pero aquello no ocupaba su mente en estos momentos, lo que la hizo entrar en pánico fue que al regresar con ayuda su pequeño amigo ya se encontraba inconsciente. Asustada, presa de una exaltación poco notable en su actitud, ayudo a los enfermeros a sacar el cuerpo mullido de su amigo del interior del vehículo. Lloraba y si no lo había notado entonces era porque se quitaba lo mechones del pelo con tanta furia que las lágrimas se le escurrían entre las cebras.

Chico de Alquiler // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora