X. Cap. 36

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— ¿Estás enojado conmigo? 

Josh estaba tratando de vestir al más joven con todo lo que se encontraba a su paso.

— No. 

El trajecito de mesero que vestía Tyler era sumamente descarado y no lo quería ver vestido así ni un segundo más. Josh se cansó se rebuscar entre las cosas que estaban por el lugar y lo cubrio completamente de su saco, el cual le llegaba hasta los tobillos, trataba ahora de ponerle unos zapatos que había encontrado bajo la cama. 

— Siento mucho haberme escapado.

Se golpeo mentalmente por tratar de ponerle unos zapatos ajenos sin medias, empezó a quitarse los calcetines sentado en el suelo. La piel de Tyler estaba demasiado amarilla y no dejaba de temblar, le habia tocado los hombros y los encontró congelados.

Encontro su rostro, Tyler estaba sentado sobre la cama. 

— Yo te di motivos para escapar, te di hasta motivos de demandarme. 

Tyler se escondió el rostro tras las manos. — lo siento. 

— ¿Por que te disculpas? — Josh estaba terminando de calzaler los zapatos. — Yo soy el malo ¿recuerdas? 

— Pete dijo una vez...

Lo contuvo, no quería que Tyler siguiera descargando energías por cosas sin sentido.

— Olvida todo lo que paso con Pete, olvídalo.

~°~°~°~°~

Jasson observó la entrada principal desilusionado, no es que esperará estacionar ante una mansión de amplitudes egoístas y espaciosos estacionamientos, ni parqueos privados, tampoco es que esperara ser recibido por una guardia de seguridad presidencial, pero la realidad es que el cómodo departamento que tenía frente a sus ojos no ayudaba a hacerlo sentir mejor persona. Josh no tenía una mansión, no podía acusarlo de ser un cretino, de todas maneras él sabía que lo era y sus intentos de desacreditar al pelirosa frente a la risueña castaña seguían en pie.

— ¿Y bien? ¿Qué tal?

Se enamoro de ella desde que la vio la primera vez, y si era posible, en este momento se volvía a enamorar.

— Te ves hermosa.

Hace dos horas había llegado el traje de novia que la mujer había esperado por tanto tiempo, tenía muchas ganas de enseñárselo a Josh pero respetaba el horario de trabajo del mayor, pensó primero en llamar a su familia para probárselo frente a su madre y recibir la aprobación de todos pero la ansiedad pudo más con ella, el viaje a casa de sus padres era de dos horas y no podía esperar tanto. Así que llamo a la única persona en la que confiaba plenamente.

— Jasson...

— Lo es, lo es luces como un ángel, más bonita aún, como el ángel más bonito.

La castaña se ruborizo: — ¿Enserio?

— Si. —Jasson estaba impresionado.

La hermosa castaña siempre había lucido perfecta antes sus ojos, pero verla con el vestido de novia ante él, lo hizo llenarse los ojos de lágrimas.

— ¡Por Dios, Jason! —se acerco la mujer. — ¿Estás llorando?

Ahora Debby lo inspeccionaba sujetandolo del rostro, cuidadosa y temiendo que algún mal recuerdo hubiera atravesado por la mente de su amigo, ella no sabia si algo así ocurría, pero no quería verlo triste, no podía permitirse hacer sufrir a alguien.

— Lo siento. —balbuceo. — Es solo que nunca me había sentido tan feliz por ti.

La felicidad estaba presente, palpable en el ambiente y sólida por la confianza desarrollada entre ambos. Debby lo abrazó y él se abrazó a ella como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

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— ¿Y cómo está Debby? —preguntó Tyler.

— ¿Y cómo estás tú? —le preguntó Josh.

— Yo soy una mala conversación ¿cómo esta ella?

Josh lo atrajo con cuidado, el delgado peso del menor hundió el colchón que les servía de respaldo. Tyler estaba sentado junto a él. La noche fue corta porque el menor estaba enfermo y unas pastillas lo tumbaron en pocas horas, tenía el rostro más vivo aún tosia pero la calentura había bajado mucho.

— Creo que deberíamos preocuparnos por cómo salir de aquí ahora.

Tyler sintió las manos de Josh trabajando sobre su espalda, tenía un par de moretones que aún no curaban por los cuales no podía descansar tranquilo todas las noches. Trató de no mirar mucho mientras éste lo curaba pero fue inútil, estaba obligado a confiar. Hace un par de días, un cliente insatisfecho se había vuelto agresivo con él, no le basto con lo primero, lo había dejado muy descompuesto.

— Josh yo no puedo salir de aquí.

— Callate, que vienes conmigo.

Tyler se alejó.

— Perdona, perdona Tyler.

Los ojos que se dibujaron el rostro del menor fueron los mismos que conoció antes.

#Dia3DelCoronavirus

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Chico de Alquiler // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora