X Cap. 27

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Todos tenemos recuerdos; buenos o malos. Siempre acudimos a ellos cuando necesitamos recordar quienes somos, lo que éramos. A veces volver atrás nos ayuda a encontrarnos de nuevo con viejas ideas, sueños o hasta personas, frecuentemente alimentamos nuestra soledad con momentos que ya no nos pertenecen y están desapareciendo de la mente de alguien más. Pero mientras existan, mientras podamos recordar, siempre habrá una sonrisa tratando de sobrevivir en nuestros labios.

Todos tenemos recuerdos; buenos o malos, pero no siempre son reales.

Los ojos de Tyler se abrieron con rigidez. El frio de la mañana ingresó presuroso por la ranura de la puerta, se expandió en amplitud sobre los cuerpos físicos presentes e incómodo bajo las sábanas al cuerpo que aguardaba refugio. Entre la calidez de los cobertores que lo cubrían un brazo pálido salió del cobertor, empezó a buscar más abrigo palpando en derredor. Quería dormir un poco más, mantener los ojos cerrados por más tiempo, solo eso, pero sus párpados no fueron los únicos que se lo impidieron.

— ¿Estás despierto?

Esa no era la voz de Pete.

— ¿Tyler, estás despierto?

¿De quién era esa voz? Rápido, ignorando que sus ojos ardían los abrió para enfrentar al rostro de quien aguardaba. El castaño retrocedió hasta hacerse pequeñito entre las sábanas, el rostro que enfrentaba era distante y frío. Siempre que despertaba en la cama de Josh las cosas terminaban peor de como empezaban.

— ¿Que hago aquí? —se preguntó confundido.

El rostro de Josh era muy serio por lo que decidió que si, por algún error se había quedado dormido en la cama ajena, ya se tenía que ir. Le dolían las piernas, los brazos los sentía adormecidos, se preguntó cómo había sido tan impertinente para irse a dormir a una habitación ajena, en plena fiesta enojando con seguridad a su dueño. Porque estaba en una fiesta antes, ¿verdad? ¿Y había llegado solo? Vino con Pete ¿Dónde estaba él?

— Ven aquí. —Josh tomó su brazo libre y tiró de él. — Te vas.

El pelirosa trató se sacarlo de la cama, pero él se rehusó, no dejo que lo tocara. A la más pequeña proximidad su corazón empezó a latir con fuerza. Se escondió entre las sábanas, retrocedió hasta chocar contra el respaldo de la cama.

— No. —dijo con un poco de firmeza. Su corazón latía mucho, sus ojos ardían y mientras retrocedía con las piernas, descubrió que estaba desnudo. — No. —balbuceó.

No hubo silencio porque Josh seguía hablando e intentando convencerlo de que saliera de la cama. Observó cómo su ropa, que estaba dispersa sobre el suelo, era metida en una pequeña mochila azul al momento que sobre la cama donde se encontraba, prendas del pelirosa eran lanzadas hacia él.

— Ponte algo limpio, pero apúrate.

Tyler miró en derredor una vez más el lugar, trato de recordar algo, trató de mirar más allá de sus brazos, pero no quería hacerlo. Miró a Josh y ya no pudo mirarlo más, cada vez que sus ojos lo encontraban se volvía hacía sus desnudos brazos y se abrigaba con timidez. Seguro si, de lo que había ocurrido, pero asustado también porque volvía a suceder y esta vez, estaba seguro de que él no fue parte de esto.

Recogió un mechón de su cabello que ya estaba crecido. Y trató de ser fuerte. — ¿Por qué lo hiciste?

Josh no estaba mirándolo, tenía la mirada fija sobre su reloj en la muñeca y acercó un polo blanco hacía él.

— Ponte esto, rápido.

Tyler tomó aire.

— ¿Po-or por qué? —ya no solo sus manos temblaban, su voz salió débil y sus labios se cubrieron de lágrimas.

Deseaba controlar a su corazón y pedirle que dejara de latir tan fuerte no podía expresarse así, no quería mostrarse tan indefenso, pero no pudo porque su corazón siguió temblando dentro de su pecho, asustado, preocupado, alarmado. Sintió mucho miedo de lo que encontraría si se veía desnudo ahora mismo, sintió vergüenza de las nuevas marcas que su cuerpo escondería, sintió asco de tener la boca tan reseca, y los muslos tan fríos. Logró sentarse sobre la cama solo para comprobar con cargadas lágrimas, que sí había pasado lo que se imaginaba porque el dolor se lo evidenciaba.

Se cubrió el rostro con las manos. Y volvió a preguntar.

— ¿Tu-u tú? — esta vez más alarmado. — ¿Por qué, tu-ú...?

— ¿Tú? —se apresuró en decir Josh. — ¿Tú tú qué? ¿De qué hablas? Estás loco, vístete ya.

Lo miraba sin poder reconocerlo, sabía lo que había hecho. Si alguno de los dos hizo que terminaran aquí no pudo ser él porque a duras penas recordaba que estuvo en la fiesta. Claro que fue Josh, lo sabía, lo sabía con tan solo verlo a la cara, pensó en que esa sería la cara que puso el primer hombre que se acostó con otro y descubrió la gravedad.

— T-tú Tú. Me .. viola..

— ¿De qué estás hablando? —se acercó con rapidez. — Tyler, ¿De qué hablas? no pasó nada, solo te quedaste dormido ayer.

— No. — se apresuró a limpiarse la cara con sus propias manos. — N-no, no mientas. Sé lo que hiciste. —tenía el rostro muy triste pero los ojos no dejaban de traicionarlo. — ¿Me pagaban por esto, lo olvidas? Sé cuándo ... pasa.

El pelirosa lo miró expectante. Tal vez Tyler pensó que se arrepentía, pero llegó la risa que menos se esperaba. — Yo no hice nada que tú no quisieras.

— Mi-mientes.

— No. Ayer estábamos en la fiesta, te aburriste me buscaste y me pediste que te trajera a casa que quería eso.

— Mientes.

— Te acostaste en la cama por voluntad propia y me pediste que te acompañara.

— ¡Mientes!

— Empezaste a pedirme que te hiciera cosas, no fue culpa mía. Te subiste encima de mí, empezaste a quitarte la ropa.

— ¡Mientes! ¡Mientes! ¡No es verdad!

Josh, quién había conseguido la distancia adecuada, tomó su rostro entre manos. — Me suplicaste que lo hiciera, que te hiciera mío, lloriqueaste porque te tocará. No puedes negarme que ayer lo disfrutaste mucho. —lo soltó.

— Vístete, te espero en el auto.




//.///. ///

— Hey, Tyler!

Jasson encontró al menor de pie fuera de su cuarto, apoyado contra la puerta.

— Me fui al comedor temprano. ¿Sucedió algo? —tocó su hombro. — ¿Tyler?

El rostro humedecido del menor y sus ojos rojos que evidenciaban su estado, lo pusieron en alarma, más Jasson no era un chico de alterarse con facilidad, con cuidado insertó la llave en la puerta, cuidado de reojo que el menor no diera media vuelta y se lanzara del segundo piso. Nunca lo había visto en un estado similar, lo conocía de muy poco tiempo, pero le agradaba más que todos sus viejos amigos. Veía a Tyler como a su hermano menor.

— Ven, pasa con cuidado.

El interior de su cuarto no era muy costoso, a diferencia del cuarto de los hermanos Stump, solo había un pequeño comedor dónde debiera estar la sala y una radio junto a un equipo de batería improvisada. Nunca pensó en impresionar a nadie, la idea de que trajera una novia a su cuarto era efímera porque Debby estaba comprometida. Con el castaño a punto de sentarse sobre el suelo se reafirmó en comprar sillas.

— En mi cuarto, podemos sentarnos mejor.

Tyler lo pensó mucho pero luego de unos minutos, opto por sentarse en el suelo, hizo un gesto de dolor cuando toco el frio, pero se dejó caer de todos modos. Jasson tiró su mochila a un lado se sentó frente a él.

— Cuéntame cuando te sientas en confianza.

Tyler escondió su rostro entre sus rodillas, empezando a llorar. — NUn-nunca volveré a confiar en nad-nadie más.







Chico de Alquiler // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora