X Cap. 15

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— Tu cartera. —acerca el objeto colorido a la mujer. 

— Gracias Tyler. 

Debby sonríe en agradecimiento. El compromiso inicia su rutina semanal, muy temprano en las instalaciones internas de su espacioso comedor. Los abrigos están colgantes en el perchero principal, las llaves repartidas entre los sillones, los aparatos móviles en sus manos. La mesa de desayuno está siendo retirada por el personal de servicio. 

— Tus llaves, Josh.

La universidad es el paradero de Josh, quien hoy ha estado muy ocupado en las redes sociales y su prometida como para prestar atención alguna al invitado, quien permanece aún con el brazo extendido hacia él, con las respectivas llaves del doctor. 

Debby es la más apresurada, está maquillando su rostro mientras teclea con rapidez a sus padres, a diferencia de Josh, quién aún no termina sus estudios, la castaña visita a sus padres todos los inicios de semana, muy temprano para ponerlos al día con los preparativos de la boda. 

— Dale un beso a tu madre por mí. —le recuerda Josh, dejando un beso en su mejilla al momento de ponerse de pie.

— Cuidate amor. Salva muchas vidas. 

 Tyler caminaba pisando los talones del más alto, Josh se detiene en medio de la sala, piensa por un momento y luego retrocede junto a Tyler, ignorándolo por completo, y sube de prisa las escaleras. Tan pronto como desciende, Tyler se apresura a alcanzarle las llaves pero Josh sale por la puerta principal sin detenerse. 

—Tomó las de repuesto. — dice Debby llegando a él. — No te preocupes. A veces tiene otras cosas en la cabeza. — se despide con un beso en la mejilla. 

Quedarse solo en la enorme casa resultaba aterrador, aun después de una semana, Tyler no  terminó por acostumbrarse. El personal de limpieza solía marcharse al medio día por lo que la actividad cesaba al nacer la tarde. Josh estudiaba a las primeras horas del día, solo a veces llegaba a almorzar, usualmente lo hacía con Debby en el hospital pues la castaña pasaba la mayor parte del día con amigas en la calle, y los preparativos de la boda. La casa estaba vacía todo el tiempo. 

— ¿No quieres que vaya contigo? —le preguntó a la mujer cuando esta desaparecía en la puerta. 

— Te he dicho que descanses, cuida esa costilla. Yo iré con mis padres primero, luego a elegir los colores del pastel  y voy a traer Pizza, ya sé que Josh no quiere que te engría pero ignoralo. No estará aquí hasta caer la noche con seguridad  y llega cansado así, que si estas aburrido puedes ir a su habitación a leer sus comics, tiene miles. 

Las ganas de desearle un buen día se esfumaron cuando la castaña azotó la puerta. 

— Ten un buen día. 

De todas formas nadie oía. 

Tyler no era muy curioso, y esa falta de creatividad lo tenía estancado siempre en lo que decidían los demás. Se preguntó qué cómics leería el pelirosa, la puerta de su habitación estaba siempre entreabierta, siempre tenía que recordarse que los prometidos no dormían juntos, se lo recordaba cada que podía. Eso no era natural pero no juzgaría, él tampoco hizo muchas cosas naturales, tuvo su primera relación sexual con un hombre de cuarenta y cinco años que en vez de penetrarlo le pidió que él lo hiciera. Ese recuerdo humillante lo mantenía bajo siete candados.

Llamada entrante

Mentiría si dijera que no quiso responder. 

Tres tonos después, cesa.

Observó al aparato desde el segundo piso, Debby le había pedido en favor que si el teléfono sonaba y el personal no estaba cerca para contestar, acudiera él.  Semanalmente recibía instrumentos quirúrgicos del hospital, los padres de Josh hacían enormes donativos a los servicios médicos, y algunos de estos se lo enviaban directamente a Josh.  

Chico de Alquiler // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora