x Cap. 50

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El gran día llegó, y brillaba tanto como la sonrisa en el rostro feliz de la castaña.

—Él no es malo —dijo la castaña—. Josh es como el ogro de paramount pictures. Es muy difícil de vivir en su pantano, y a veces puede ser vengativo, pero no es malo.

Tyler la observaba maquillarse. Fue el único, después de su madre, a quien se le permitió acompañar a la novia en los preparativos finales el día de la ceremonia de Bodas.

—Te lo digo de corazón —dijo el joven cabizbajo—. Porque te quiero Debby. No te cases con él, no arruines tu vida.

Lo decía de corazón.

La castaña rió.

—Mi querido Tyler —dijo dejando su cepillo de pelo al costado—. Acércate. —Pidió. Y Tyler lo hizo.

—Algún día va a llegar una persona, con muchos errores, muchos, muchísimos, que no podrás ni enumerar y te va a ver con estos ojos. —Sonrió—. Así, pero en una versión mucho más bella para ti, claro. —Sonrió nuevamente y se acercó más—. Cuando esa persona llegue a ti, no tengas miedo ni pienses en escapar. A veces cuando uno se enamora primero lo siente tan fuerte que es como aventarse de un avión con los brazos abiertos. No esperes algo perfecto, a veces solo se da; con una broma, un mal cumplido, una sonrisa fea, a veces se acerca con todo lo que tiene y a veces ni siquiera se da cuenta de que te está enamorando.

Tyler empezaba a entender la idea y empezó a arrepentirse de sus palabras, iba a disculparse, pero ella siguió hablando.

—Y a veces, nosotros. —Se señaló—. Somos esa persona, la que se enamora. Y nos aventamos con lo que tenemos, a veces con el paracaídas, a veces con las manos abiertas. No importa. Lo importante es aventarse porque el amor solo llega una vez, y pasa tan cerca de nosotros que uno sabe, por el suspiro de la vida, que alguien es él indicado.

Expuesta su idea. La joven volvió al espejo, pero sin deja de hablar. Era su gran día de todos modos. Se sentía dichosa, feliz, enamorada. 

—Cuando conocí a Josh, tenía muchas dudas, él tenía más negativos que positivos, seré sincera. Tenía... —Empezó a numerar—: Amigos ebrios, mala ortografía en el chat, usaba palabras groseras, estaba tatuado y me llamó gorda una semana antes cuando hacía fila en un registrador virtual. Yo pude decirle: "vete al diablo, infeliz" pero no gire ese día, lo deje pasar, esa fue su presentación. Luego me estrellaría con él en el hospital y esa sería mi presentación. Claro que iba linda y con una sonrisa cuando me miró por primera vez al rostro. Escucha, yo sabía que era el patán grosero de la fila, pero en vez de insultarlo cuando puso esa tonta de hombre que ha visto lo que le gusta en una mujer, lo ignore, y como lo goce.

Ella se detiene. Su rostro totalmente colorado, hermosa pensó Tyler.

—Tal vez debí haberle escupido —dijo con añoranza, y Tyler se echó a reír en complicidad.

Entonces Debby abrió los brazos acerca de su joven amigo, en confianza, y le pidió un abrazo de la buena suerte.

—Ya sé que me gusta sermonear, pero quiero que entiendas. —Se observaron ambos en el espejo—. Va a llegar tu Josh, y todos los que te amamos vamos a decir "No es para ti" lo vamos a hacer, vamos a decir muchas cosas y no debes oírnos porque no veremos lo que tú ves. El segundo día que me crucé con Josh, él se había peinado hacía atrás el cabello, lo traía verde, y tenía unos zapatos charol oscuros, nuevos seguramente y caros con seguridad. Pero yo pasé de ellos y le dije que una amiga había dicho que mi corte de pelo era horrible. Lo hubieras visto, hablándome de las bondades de traer el cabello corto hasta quedarse sin aire. Yo le gustaba, lo estaba confirmando. 

Las mujeres somos así, un poco malvadas. 

—Josh no distingue ni lo que son puntas abiertas —comentó Tyler.

Ella se echó a reir.

 —¡Lo sé! Deberías intentar lidiar con su cabello. Tiene tan poco, se está quedando calvo y no veo a nadie echándole buenas bromas. Creo que seré la primera yo.

—¿No te gustaba su cabello?

Ella cerro los ojos con dolor.

—¡Debby!

—No tiene que gustarte todo de esa persona. A mí, en lo personal no me gusta el tinte de pelo en ninguna persona, pero a él lo hace feliz y sé. —Aflicción con una mano al pecho. —Sé que a él le encanta y ¿Sabes qué? No le resta valor ante mis sentimientos. Lo amo con la cabeza arcoíris o pelón, no me importan esas cosas. Me voy a casar con él porque lo amo.

—El amor te hace estúpido.

Ella lo observó curiosa.

—No pequeño. El amor es vida. Te hace vivir a través de los demás y por los demás. Te enseña a valorar cosas que no te gustaban y te hace sentir amado. Te hace tirarte del avión con los brazos abiertos. ¡Con los brazos abiertos, chico! 

Rieron.

—Prométeme algo Tyler. Si alguna vez sientes que te estás enamorando de alguien y tienes miedo, solo si tienes miedo. Cuéntamelo.

El corazón se Tyler se hincó. 

—¿Puedo hacer eso?

—Si —aseguró ella con total certeza. 

—¿Sin importar de quién se trate?

—Si. Sin importar de quién se trate. Me siento tan confiada hoy, Tyler. Tan feliz. Sin lugar a dudas, el matrimonio de una chica es el día más feliz de su vida. Nada puede arruinar mi día hoy. Dame otro abrazo, Tyler. Quiero compartir mi buena energía. 

Chico de Alquiler // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora