X Cap. 37

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Tyler despertó solo. La noche anterior había sido buena, la más tranquila que tenía en mucho tiempo. Sin embargo creer que las cosas cambiarian de la noche a la mañana era una fantasía y no quería  ilusionarse con ello, quería creer con todas sus fuerzas —aunque era débil —que podía hacerlo, podía fingir que todo estaba bien.

— Tal vez mejore algún día.

— ¿Hablando solo, otra vez niño?

Tyler había estado pensando en voz alta otra vez, lamentado sólo asintió: — Si .

Un estante de botellas frente a él se  ergia majestuoso. Tyler tenía mucho trabajo hoy, el día anterior no terminó sus obligaciones en la barra por invertir fuerzas en sus labores del turno nocturno.

—  Las copas ordanalas detrás del estante corto; doce, seis, tres, ya sabes que sigue.—ordenaba su compañero.

Tyler vivía aquí. El Amo fue generoso con él desde que había regresado, aunque hizo caso omiso a su pedido de volver a su antiguo trabajo, él estaba agradecido. Siempre  aceptando el favor de otros aceptó el trabajo en la barra de bebidas sin objetar ni conocer el nombre de ninguna bebida, y acepto dormir en el lugar porque había pedido cobijo.

Así que cuando el Amo dijo que tenía que dormir con personas para poder tener una cama  olvidó como se decía que no y acepto sin decir ningúna palabra.

— Tyler ve por los guantes.

Si su compañero sabía o no de su trabajo fuera de tiempo, no le importaba. Al chico parecía importarle menos la indecoroza labor del menor que conseguir un vaso quebrado en su turno de trabajo.

— ¿Quieres que lo haga yo? Ya casi termina tu turno, Alex.

Alex, su compañero le era indiferente en todo, el joven no empatizaba en sus jornadas, de todas maneras no empatizaba con nadie, así que Tyler dejó de preocuparse por agradarle desde que entendió que no podía hacerlo cambiar de parecer.

— Tyler, guarda todo antes de partir.

Tal vez Alex no sabía lo que Tyler hacía después de repartir bebidas por seis horas, no, tal vez no.


Fue tarde cuando notó que Jenna se acercaba. La rubia traía mala cara desde hace rato pero no le había preguntado nada para no alterarla. Ahora estaba aquí:

—¿Qué hiciste?— le preguntó la mujer.

Los guardias de seguridad pasaron junto a ellos, uno ld pidió una bebída mientras que el otro no alejaba la mirada de su amiga.

— Amo quiere hablar contigo, Tyler ¿Qué hiciste?

Tyler limpiaba un par de copas con cuidado sin apartar la mirada de la barra. 

— Nada malo estoy seguro. Deben ser las nuevas medidas de seguridad que me había comentado.

Eso pareció tranquilizar a la mujer. — Debe ser eso. — respiro con fuerza. — Me alegro que sea solo eso, estaba preocupada.

Tyler atendió con cuidado sin apartar la mirada de la barra y trató de sonreír para su amiga.

— No te preocupes por mi yo estoy bien.


La puerta estaba cerrada cuando llegó a la oficina del Amo. En esos momentos Tyler quería correr, huir y que las represalias que eso implicara sean mejores que afrontar una traición al Amo.

— ¿Señor? —preguntó al momento que abría la puerta.

No hubo nadie y nadie se acercó a él, decidió entonces que era mejor irse a trabajar en la barra, aún tenía dos horas atendiendo antes de que alguien le informará que había un cliente para él.

Chico de Alquiler // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora