Capítulo 4

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Max se separó de ella cuando la realidad volvió y la miró con los ojos cargados de miles de emociones juntas

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Max se separó de ella cuando la realidad volvió y la miró con los ojos cargados de miles de emociones juntas.

—¿Tienes una pareja y vienes a besarme? —inquirió con amargura—. Eso solo deja a la vista lo que ya sabía de ti, eres una oportunista.

—Nunca te habría hecho daño —dijo respirando—. Solo vine a dejarte lo que te pertenece y después nada.

—Si piensas que voy a dejarte ir así porque sí, estás equivocada, he esperado tanto para esto —dijo con toda la rabia que tenía.

—¿Y qué esperas? —preguntó con la vista sobre él—. En el casino, la vez que te vi, lloré dos noches enteras sin saber si de emoción o de miedo, te extrañé y a la vez temía que me hicieras daño. Borré tu aparición de mi cabeza unos días después intentando creer que no te vi. Verte ahora solo confirma mis miedos, mis tropiezos. Me he pasado diez años en la sombra, con temor; ya estoy cansada y solo pido una cosa, una sola; si vas a hacerme daño, lo acepto, si he de explotar que sea por ti y si he de morir que sea en tus manos pero por favor promete que verás que mi hijo sea resguardado. No pido que te quedes con él, pero asegúrate de que esté bien.

—No voy a asegurar nada porque tú y tu cría me importan una mierda —dijo enfadado—. Ahora lárgate de aquí y no vuelvas a poner un pie en este lugar.

   Ella agachó la vista y caminó a la salida mientras el perro corría tras ella.

   La vio acuclillarse y decirle algo pero el perro estaba inquieto, por lo que lo tomó y metió dentro de la caja de nuevo, la cerró y caminó a la salida.

   Max desconocía cómo diablos se había enterado de donde vivía y a esas alturas tampoco le importaba, así que solo la vio partir antes de volver a su cuarto y encerrarse.

   Se dejó caer ahí pensando en que Davenport no había mencionado en su informe la existencia de una pareja, tampoco había hablado de su madre y su hermano. Se preguntó entonces dónde estaba su familia, esa que tanto amaba y ahora parecía solitaria, tanto que buscaba que su hijo fuera resguardado.

   Llamó a Parker sabiendo que él podía darle respuestas pero no atendió el llamado y a sus otros amigos tampoco.

  Se dijo entonces que llamaría a Davenport después, para hablar con él.

   Se quedó dormido mientras pensaba en qué hacer y en cómo sentirse menos miserable.

****

Con la llegada de los días se sintió más frustrado y más cuando los dos primeros meses pasaron sin que pudiera hacer nada, no había podido comunicarse con Davenport, lo único que sabía es que estaba en Liverpool, pero desconocía cuál era el asunto que le tenía tan preocupado, aunque suponía que mucho tenía que ver con lo de su hermana.

  Se colocó la camisa mientras pensaba en ella. Hacía más de una semana en que no sabía nada de ella, no la buscaba y tampoco empezaba su ataque.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora