Maximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Estás bien? —dijo Hurs.
—Sí, solo se me resbaló el vaso —respondió—. Ahora vuelvo voy a limpiar eso. No cuenten nada hasta que vuelva.
Maddox comenzó a reír.
—Desde cuándo eres tan chismoso —añadió bastante divertido.
Parker no respondió sino que se apresuró a ir por los instrumentos de limpieza.
Una vez volvió y limpió todo desapareció de nuevo para volver mientras sus amigos lo veían hacer todo a velocidad.
—Estoy próximo a casarme —dijo Hurs al verlo sentarse unos minutos después—. Adoro a mi futura esposa y no me gustaría que ensucie sus bellas manos. —Hizo una pausa—. ¿Te gustaría ser mi sirviente? Nunca he visto a nadie limpiar algo con tanta rapidez.
Parker le mostró el dedo medio mientras Hurs le lanzaba un beso.
—¿Qué es lo que decías? —inquirió girándose hacia Max—. ¿Qué hay de la chica?
—Sí, explícanos —dijo Maddox—. ¿Hace cuánto que la vez en plan romántico? Se conocieron apenas.
—En primera no veo a nadie en plan romántico, en segunda, la veo desde que la conocí y en tercera, ¿cuándo me ha importado el tiempo para acostarme con alguien?
Parker observó a Max tratando de saber que tan cierto era lo que decía sobre la chica.
—Buen punto —dijo Maddox—. No tengo nada contra ella pero a mí me da escalofríos cuando sonríe.
—Creí que el diablo no le temía a nada —dijo Hurs—. Ya veo que sí.
—Le temo a Brooke —respondió risueño—. Se enoja muy feo, pero Perséfone tiene algo que no sé, me provoca estar a la defensiva.
—Malicia —dijo Parker después de varios minutos de silencio—. Perséfone es silenciosa y vengativa.
—¿Y eso lo notaste solo viéndola de reojo? —dijo Max.
—Para no tratarla en absoluto pareces bastante informado querido —dijo Hurs cruzándose de brazos—. Exijo saberlo todo.
Parker se encogió de hombros.
—Solo la he visto y me basta con eso —dijo sin más pero Max lo miraba.
—Tiene un tatuaje sexi en el vientre —dijo Max.
—¿En serio? —pregunto Hurs—. No te creo, nadie tiene un tatuaje más sexi que yo. He dicho y no me contradigan.
—¿No es así Parker? —dijo Max.
La mirada de los otros dos se dirigió hacia él.
—¿El qué? —preguntó—. ¿Hablar de los tatuajes de Hurs?
