Capítulo 14

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—¡Qué diablos! —dijo Maddox—

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—¡Qué diablos! —dijo Maddox—. La chica solo quiso ser agradecida, no tenías que tratarla así.

—¡Me importa un carajo! —gritó furioso—. No tiene por qué tocar mis cosas. Si van a defenderla lo mejor es que se larguen de aquí.

   Hurs se acercó tratando de comprenderlo, cada día estaba más irritable. De hecho sus amigos sabían que era la manera en que sacaba su dolor pero tampoco pensaban dejarlo amargarse de esa manera.

   El niño salió corriendo a la habitación tras los gritos de Max y se encerró.

—Max —dijo Parker—. Necesitas ayuda. Será mejor que busques a alguien que te ayude a entender que por mucho que odies al mundo y a la vida, ella no va a volver.

   Los ojos de Max se llenaron de lágrimas mientras miraba a su amigo.

—Deja de pelear con la vida —dijo Maddox—. No es el camino.

—Qué sabes tú si Brooke está viva —dijo apretando los dientes—. Tú no sabes lo que es perder alguien a quien quieres con el alma.

—Yo sí —dijo Parker—. Yo lo perdí todo, absolutamente todo. No puedes decir que no te entiendo, lo hago mejor que nadie. No puedes ir por la vida sacando tu amargura. Guárdala, en los más profundo y hazla explotar en el momento correcto y con la persona correcta.

  Max lo miró sabiendo que solo él había perdido tanto, pero que debajo de todo ese bulto de sarcasmo e indiferencia había un ser humano herido y deseoso de venganza.

—Yo no soy igual a ti —dijo sin más—. No voy a esconderme tras el sarcasmo y la frialdad para poder sobrevivir.

—Hazlo bajo lo que te dé la gana —replicó Parker pero guarda tu energía para Augusto—. No te desgastes con nadie más. Yo me largo.

—No tienes que irte —dijo después de un momento, cuando pudo calmarse—. Venimos a convivir y eso haremos, solo dejen que vaya por él.

   Subió las escaleras hacia el cuarto de su hijo. Lo encontró acostado hecho un ovillo.

   Se sentó en la cama y colocó su mano sobre la cadera el niño.

—Vamos a desayunar —dijo acariciando suavemente.

—No tenías que ser tan grosero —dijo el niño mientras se incorporaba—. Ella fue buena conmigo, me dijo que mamá estaba en el cielo y que quería vernos felices.

—Solo tuve un arrebato —dijo parpadeando sin saber cómo lidiar con todo eso—. Te prometo que no pasará más.

—No se trata de que vuelva a pasar —insistió—. Sino de que ya pasó, la has maltratado y ella solo quiso ser amable.

—Me disculparé con ella —dijo para tranquilizarlo—. Ahora baja para que comamos algo y después te prometo que pensaré cómo encontrarla y ofrecer una disculpa.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora