Capítulo 11

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—No sé quién es Jessica Rabbit —dijo la chica—, pero yo soy Margot

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—No sé quién es Jessica Rabbit —dijo la chica—, pero yo soy Margot.

   Le dio otro guiño a Parker que solo la miraba como si fuera una apestada.

   Extendió la mano hacia él y aunque dudó un poco terminó por ceder y extender la mano hacia ella que se acercó a darle un beso en la mejilla e hizo lo mismo con los otros tres incluyendo Maximilian.

   La gente que se había acercado comenzó a dispersarse al ver que no había pelea ni enfrentamientos entre los conductores.

  Hurs se acercó a Parker conteniendo la risa al ver a la chica y le susurró algo que lo hizo reír.

—¿Ustedes son pareja? —Maddox soltó a reír—. Perdón que sea tan metida pero no puedo evitarlo, es más fuerte que yo.

—No —respondió Hurs.

—Que bueno, ahora ya no se sabe que esperar de los hombres —dijo con tono ofendido—. Los guapos y fortachones terminan bateando al otro lado y una termina enamorada de un gay. Tengo un compañero como tú, tatuado y rudo pero es el pasivo de la relación.

—¿Qué estás insinuando? —dijo Hurs.

—Nada, mi amigo es guapo —dijo divertida—. Se ve rudo y fuerte pero le gustan los tacones y las margaritas, claro que no es tan guapo como tú.

   Lo miró de arriba a abajo con lascivia mientras Hurs se removía y miraba a sus amigos pidiendo ayuda.

—Me siento visualmente acosado —murmuró Hurs.

—Bienvenido al diario vivir de las mujeres —dijo Parker.

—¿Dónde trabajan? —preguntó.

—No crees que preguntas mucho —dijo Parker.

—Sí, pero así soy —respondió—. Soy muy curiosa y demasiado insistente. Es una de mis cualidades.

—Defectos —dijo Maddox hablando por primera vez.

—Depende de cómo lo veas —se encogió de hombros.

   Max miró frustrado de un lado a otro viendo que la aseguradora no aparecía y desesperado porque lo hiciera.

—Mejor te doy mi tarjeta —dijo Max sacando una y dejándola en sus manos—. La aseguradora no viene y no puedo esperar más.

—No tengo problema en esperar —agregó la joven—. De todos modos ya perdí la clase.

   Se sentó en la pequeña jardinera mientras los cuatro se veían de uno a otro sin saber si irse o permanecer.

   La vieron ponerse de pie e ir a su auto mientras ellos hablaban entre sí.

—¿Por qué no esperas? —dijo Maddox—. Ya estás aquí, qué más da.

—Por Dios si sigo escuchándola voy a ahorcarla —dijo Max con su mal humor.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora