—Eso suena muy feo, pero sí lo he drogado —dijo Perséfone—. Estará tranquilo.
—Tengo curiosidad por saber cuánta droga tienes en el bolso pero no es momento —dijo Parker—. Al menos funcionó.
—Es el componente de una pastilla para el insomnio —dijo mirando a Parker—. Es natural, siempre llevo en mi mochila o bolso, siempre llevo chocolates en mi bolso también, lo derretí y endurecí de nuevo después de mezclar. Estará tranquilo.
—Gracias —dijo Parker.
Miraron a Max quedarse sentado y aunque consciente estaba aturdido o parecía demasiado calmo.
La llamada de Davenport llegó horas más tardes cuando había concluido la autopsia.
—Creo que es momento de decirle al niño —dijo Perséfone con los ojos llorosos—. Puedo ir yo.
Melina y ella fueron juntas en el auto de la primera para informar al pequeño mientras sus amigos se quedaban con Max para ayudarlo.
Los tres amigos lo ayudaron a quitarse la ropa y a cambiarlo mientras le hablaban sobre lo que venía y trataban de hacerlo sentir mejor.
Max solo limpiaba sus lágrimas pero con el efecto de lo que le hayan dado parecía que no podía moverse.
****
Melina conducía el auto en silencio mientras escuchaba a Perséfone hipar por lo bajo, desconocía lo que había sido de su vida pero su actitud le hizo pensar que estaba sumida en recuerdos dolorosos.
—¿Y tu madre? —Se atrevió a preguntar—. ¿Dónde está?
—En casa, con mi hermano —dijo y se limpió los ojos—. Casi no duermo ahí.
—¿Tu padre? —preguntó pero ella guardó silencio y Melina prefirió no insistir.
—¿Los tuyos? —Devolvió la pregunta.
—No lo sé, hace casi cuatro años que no los veo —dijo con una media sonrisa—. Hace mucho que mi familia se volvieron esos hombres.
—Eso veo —dijo mirando al frente—. Siento horrible por Max, es un buen chico y en el fondo la amaba.
—Sí, también lo siento —respondió Melina—. Creo que tiene un duro trabajo que realizar.
—Creo también eso —dijo Perséfone—. El niño tiene que ser la clave de todo.
—Ojalá —añadió—. Ambos van a necesitarse mucho.
Las dos mujeres suspiraron cuando visualizaron la casa de las Kannavage en donde el pequeño esperaba ansioso el regreso de una madre que no llegaría más.
Bajaron del auto y se acercaron a la puerta pero fue abierta de inmediato por Scarlett que las miró y dio una sonrisa triste.
El pequeño se asomó a la entrada para ver si su madre llegaba pero de nuevo no hubo más.
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SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)
RomanceMaximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...