Todos se quedaron callados hasta que el sujeto reaccionó y se paró frente a Parker.
—Consigue la tuya —dijo tambaleante—. Yo llevo rato viéndola.
Parker iba a decir algo pero Perséfone lo jaló y le dio una mirada que nadie supo qué significaba.
Hurs se puso de pie y se acercó al hombre.
—Lárgate no te gustara que uno de nosotros se enfade —dijo y le dio un ligero empujón para que se fuera.
—Vamos cariño —dijo ignorándolo—. Podemos divertirnos mucho y te aseguro que te va a gustar.
Arrastraba las palabras y se movía de un lado a otro pero eso no le daba derecho a pasarse de listo.
Se hizo a un lado de Hurs y se acercó de nuevo a ella que no se había dado cuenta estaba sujetando a Parker.
Este parecía estar tratar de controlar su temperamento pero evidentemente estaba fracasando.
Perséfone tomó su rostro para que la mirara y le dio una sonrisa que él no devolvió.
—Vamos preciosa —dijo el hombre a unos pasos—. Vas a conocer el cielo.
—¡Ay ya basta! —dijo Perséfone soltando a Parker—. Está bien, enséñale dónde queda el infierno.
Hurs abrió la boca sorprendido y más cuando el tipo intentó tocarla de nuevo pero fue derribado de un solo golpe por Parker.
Otro hombre se acercó y supusieron que era el amigo del borracho e intentó golpear a Parker pero estaba tan ebrio que ni siquiera atinaba.
Cómo era de esperarse fue mandado al suelo por él.
El acosador de Perséfone se puso de pie y comenzó una pelea donde apenas podía defenderse de un Parker que se mostraba como nunca antes lo habían visto, sorprendiendo a más de uno, incluyendo al mismo Hurs.
Este último miró a Perséfone sentarse a lado de Maddox y beber del vaso que antes Parker había tenido.
—¿No vamos a detenerlos? —dijo mirando a ambos.
—Estoy cansado —dijo Maddox.
—¿Y perdernos esto? —preguntó Perséfone—. ¡Jamás! Además para eso está seguridad y ya viene para acá.
Maddox comenzó a reír al escucharla y acomodarse mejor para ver antes de que Hurs tomara a Parker.
—¡Cálmate! —dijo justo cuando seguridad se acercaba y hablaban con Max.
Como era de esperarse los echaron de la discoteca.
Parker arrastró a Perséfone fuera.
—Y uno quedándose en casa cuando mi amiga tiene aventuras fuertes —dijo Margot entre risas.
Parker la miró tan mal que ella se quedó callada.
ESTÁS LEYENDO
SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)
RomanceMaximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...