Maximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...
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—¿Qué clase de propuesta? —dijo Maddox—. Si vas a pedir sexo a Hurs que sea en privado, no eres mi tipo.
—Tampoco eres el mío —dijo Parker—. Me gustan los hombres rápidos pero tú eres el colmo de la rapidez.
Chris se ahogó con su bebida y se alejó sabiendo a lo que se refería, Hurs y Melina reían mientras Maddox estaba mirando a Parker enojado.
—Tú empezaste. —Se defendió divertido.
—No había entendido —dijo Max mientras todos rodaban los ojos y él comenzaba a reír—. Te referías a su accidente en el sexo.
La risa de Max resonó mientras todos lo veían serios.
—Lo siento, no lo entendí al momento. —Se excusó.
—Supongo que más vale tarde que nunca —dijo Chris—. No te sientas mal.
Hurs se alejó por una llamada mientras eran guiados a la oficina de Parker.
Se sentaron y comenzaron a hablar de lo que había pasado, del plan a seguir con August, sobre todo cuando Max se dio cuenta de lo mucho que le importaba la seguridad de Margot.
Cuando terminaron Parker empezó a hablar de la remodelación y de la reinauguración del casino.
—¡Ya volvió su sal, insípidas! —dijo Hurs mientras abría los brazos como si esperara un abrazo—. Siento la tardanza pero mi esposa me necesitaba y exigía atención.
—¿Quiere otro bebé? —dijo Chris—. Están dispuesto a ir contra la naturaleza. No es de Dios.
—No voy a tener otro bebé nunca más, he dicho —dijo con seguridad—. Son criaturas malévolas que hacen daño a su padre para congraciarse con la madre. Así no se puede.
—Te dije que te hicieras la vasectomía —dijo Parker—. Pero no me hiciste casi y ahí están las consecuencias.
—Pensándolo bien, no suena descabellado que embaraces a Margot para que se quede contigo —dijo Chris mirando a Max—. A Hurs le funcionó.
—¿Insinúas que mi Bella no me quiere? —preguntó Hurs—. Ella me quiere porque soy sencillito, carismático y muy guapo.
La ceja de Parker se enarcó y sonrió.
—El plan de Chris funcionaría si Margot quisiera crías de esa cosa —dijo Parker—. Es más si tan solo le hiciera caso, pero parece que el monstruo no es tan efectivo cuando se trata de enamorar a una periquita rubia y muy guapa por cierto.
—Y más lista que él —dijo Maddox.
—Exactamente —dijo Parker.
—Yo no quiero enamorarla. —Se defendió.
—Por favor —dijo Chris—. Esta vez soy yo quien lanza la apuesta, 50 libras a que terminas en el rincón sentadito y con las manos en el regazo mientras una orgullosa Margot se alza con el triunfo mostrando su alianza matrimonial.
