El silencio que se instaló entre todos fue roto por la respiración de un Max que acababa de darse cuenta que había perdido el control.
—¿Algo que quieras agregar a la conversación? —preguntó Parker burlándose de su comportamiento. En lo que estás hablando ha crecido mi antena a 40.
La broma hizo el efecto que Parker esperaba, enojarlo un poco más si es que era posible.
—Deberías al menos ser un poco más respetuoso —dijo Max con los dientes apretados.
—Me puedes iluminar —dijo con tranquilidad sabiendo que solo iba a provocarlo un poco más—. No comprendo a quién he faltado el respeto.
—Has estado coqueteando con Margot —respondió y Parker enarcó una ceja—. Tus miraditas y tus sonrisitas.
—Yo no doy miraditas ni sonrisitas —dijo con tranquilidad—. O las miro y les sonrío o no lo hago. Nunca a medias.
—Pues parece que sí lo haces —dijo frustrado—. Te la has pasado coqueteando con Margot desde que apareciste.
—¿Te parece que coqueteo? —preguntó con su característica altanería—. Creo que no te has dado cuenta de que Margot es soltera y amiga de las chicas por lo tanto puede venir y bromear con quién le dé la gana siempre que el otro esté soltero y Chris lo es.
—Confirmo eso —dijo Chris.
—Creo que es mejor calmarnos —dijo Margot—. Vamos a sentarnos y a comer uno de esos dulces que siempre trae Perséfone en su bolso de Hermione. Así que lo mejor será que se nos endulce el carácter.
—Yo tengo el carácter dulce —dijo Hurs—. Es ese hombre amargado el que no se divierte.
Max seguía furioso y más aún haciendo gala de su impulsividad, esa que siempre sacaba y por la que siempre lo habían criticado sus amigos. Se había ganado el apodo no solo porque cuando peleaba era violento hasta no poder parar, sino porque sus palabras siempre buscaban lacerar.
Más de una vez tuvo encontronazos con sus amigos; en las peleas a diferencia de Hurs que sabía mesurarse y sobre todo peleaba siempre siendo el más limpio, Max una vez comenzaba una batalla y tomaba el control era incapaz de detenerse.
—¿Entonces Chris y tú tienen derecho a coquetear? —preguntó pero solo Chris se giró a verlo, Parker en cambio siguió mirando su celular.
—Yo sí —dijo Chris—. Soy soltero con una novia de mentiras.
Perséfone le sonrió divertida.
—¿También la besas? —preguntó y Chris frunció el ceño—. Tal vez se deje, después de todo me besó a mí estando con Parker.
La mirada de Parker se posó de inmediato sobre él mientras todos se paralizaban.
—Esto se va a poner feo —dijo Maddox—. ¿Melina nos ayudas?
ESTÁS LEYENDO
SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)
RomanceMaximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...