Capítulo 21

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—Mejor, ¿cuéntanos quién es Topacio? —exigió un Maddox que se veía preocupado—

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—Mejor, ¿cuéntanos quién es Topacio? —exigió un Maddox que se veía preocupado—. No duermo pensando en eso.

—No duermes porque a tu hija no le da la gana —dijo Parker—. Deja de echarme la culpa.

—Bueno sí, pero igual quiero saberlo —respondió—. Necesito conocerla.

—Exijo saber si es igual a tronchatoro —dijo Hurs—. No sé, me la imagino capaz de hacerte pedazos de un solo rugido.

—Me pasa lo mismo —dijo Max completamente divertido—. La rusa hasta ahora tiene el banderín de la victoria pero quiero saber si Topacio es peor que todas.

—Con Perséfone estuvo reñido —dijo Hurs—. No supe qué hacer.  

—Quedé loco —secundó Maddox—. Esas dos juntas son peor que el apocalipsis.

—Ya dinos —dijo Max.

   Parker lo pensó un segundo en el que sopesaba si decirles o no.

—No va a decirnos, está en su casa, con su novia y al menos aquí sí le tiene miedo —dijo Maddox—. A mí no me engaña.

—Yo creo que en el fondo sí le teme a Melina —dijo Hurs—. Te apuesto mi vida.

—Apuesta dinero —dijo Parker—. ¿Tu vida para qué carajos me sirve? Ni para darle de comer a mis mascotas.

—Pues mi vida te gusta infeliz —dijo Hurs—. Al menos te gustó lo suficiente para abrazarme a cada rato.

   Parker se dio la vuelta para irse pero la voz de Max lo detuvo.

—200 —dijo atrayendo la mirada de sus amigos—. 200 libras si discretamente te acercas a ella y nos dices quién es.

—De acuerdo, 200 —dijo Maddox.

—Me uno —dijo Hurs.

   Parker los miró y sonrió pero negó.

—Me uno a la apuesta de lo que sea que estén hablando —dijo Melina—. Yo ofrezco 300, estoy segura de que Chris apostaría igual, es una lástima que no esté aquí. Piénsalo querido, vas a salir con mucho dinero de ganar.

—¿O sea que sabes que te engaña? —dijo Maddox y ella sonrió negando.  

—¡Por la colita del marrano, esto es enfermo! —dijo un Hurs que se sacudió del escalofrío—. Georgiana Cavendish debe estar viendo orgullosa su felices los cuatro.

—Dejen las tonterías —dijo Parker—. No voy a decirles.

—¡Vamos! —dijo Maddox—. Te prometo que no nos reiremos.

—Prometo decirlo en el casino —añadió.

   Los tres suspiraron rendidos antes de verlo irse llevando a Melina con él.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora