Capítulo 27

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—¡Por Dios Hurs, cálmate! —dijo Parker—

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—¡Por Dios Hurs, cálmate! —dijo Parker—. Pareces una gallina que acaba de poner un huevo y cacaraquea.

—Pues estoy empollando —respondió—. Y en unos meses voy a estar clueco.

—Dios mío que triste —dijo Parker.

  Los abrazos no se hicieron esperar y las felicitaciones no fueron para menos.

   Los padres de Hurs lucían felices, sumamente encantados de ver a su hijo tan feliz y su sobrino empezaba a acostumbrarse a la nueva familia que tenía.

   Scarlett le pidió a sus amigas que que se reunieran para que lanzará el ramo.

   Melina miró a Brooke y a Perséfone.

   Brooke reía mientras las animaba a ir.

—Juro que voy a patearlo si cae cerca de mí —dijo Perséfone—. Debería estar penado que las novias le lancen a uno maldiciones disfrazado de ramos.

   Melina la jaló junto a Margot y Brooke que esperaban el ramo.

—¡Ahí va! —gritó Scarlett antes de lanzarlo.

   Perséfone se encogió y Melina hizo algo similar pero a esta última el ramo le golpeó y cayó a sus pies.

—¿Alguien lo quiere? —preguntó Melina.

—Gracias querida —dijo Perséfone—, pero no me gusta que me presionen y ese ramo ejerce presión sobre mí de forma inconsciente. Ahorita no, jovencita, en otra ocasión con calma.

   Brooke estalló en carcajadas antes de que una resignada Melina recogiera su ramo y lo mostrará a sus amigos.

—Espero no me presiones mostrando tus manos cada dos segundos —dijo Parker—. Tenía pensado pedirte matrimonio cuando tu hijo terminara el doctorado.

—¡Oh! —dijo Melina—. No te preocupes, puedo esperar. ¿Por qué siempre me va mal a mí?

—Yo sí lo quiero —dijo Margot.

   Las miradas se fueron hacia Max que fingió hacerse el loco con su hijo.

—Todo tuyo preciosa —dijo Melina y después sacudió sus manos—. Espero cuando lances el tuyo yo haya amanecido enferma y no pueda asistir a tu boda, tengo tan mala suerte que es posible que me golpee de nuevo.

—Quizás la siguiente sea Perséfone —dijo animada.

—¿La siguiente en qué? —preguntó la aludida.

—Casarte, quizás en mi boda el ramo te toque a ti —dijo y la vio arrugar el gesto.

—Gracias, pero justo ese día me harán un pedido de chocolates y no podré asistir a tu boda —dijo sonriente—. Igual te mandaré un obsequio.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora