Por primera vez en muchos días Max se sintió un poco animado, sobre todo con sus amigos haciendo sus chistes con tal de animarle.
Pasó la noche en medio de los asuntos del casino y se distrajo tanto que apenas pudo pensar en su tristeza, al menos solo lo hacía en los momentos en los que se quedaba sin hacer nada, esos momentos donde no podía pensar en nada más que no fuera ella.
El casino como muchas otras noches, estaba a reventar, cada vez incluso se hacían más populares, tanto, que Hurs había propuesto hacer algo diferente a los otros casinos e implementar algo novedoso, quizás algo como un show para los visitantes, aunque quizás a él no le parecía tan atractivo pero como siempre haría lo que la mayoría de los socios decidiera.
Se acomodó en su sillón mientras veía la foto de Jane, la única que tenía de ella, donde ambos se abrazaban hacía más de 10 años atrás.
Sonrió recordando los muchos recuerdos buenos que tenía de ella, los malos, las peleas, todo aquello que había formado su todo y aunque se resistía a dejarla ir por completo también entendía que ella habría querido siempre que su hijo estuviera a salvo.
Él se aseguraría de que así fuera, siempre cuidaría de su hijo pero no olvidaba que su padrastro y él tenían una cuenta pendiente y que se encontrarían en algún momento, no podía simplemente desaparecer.
Le envío un mensaje a Davenport para pedirle que le ayudará con la búsqueda. No quería su arresto, eso no era suficiente. Para Max, lo único que quedaba era verlo sufrir, acabar con su vida como él había acabado la de Jane y la de él.
Se acomodó en el sillón y respiró con la sensación de vacío que parecía no irse nunca, llevaba años así pero ahora no tenía más, ni siquiera la posibilidad de volver a verla.
Escuchó la puerta abrirse y levantó la cabeza del respaldo.
-Hola -dijo Hurs-. El casino está por cerrar, tal vez quieras ir a descansar.
-¿Me estás echando? -preguntó y Hurs se encogió de hombros.
-Solo te estoy invitando a ir a dormir o a ver a tu hijo, ya es decisión tuya -dijo divertido-. Igual el niño sigue dormido, quiero pensar que ha podido dormir y que Serena no ha estado dando de gritos en la noche.
-Es hija del diablo -dijo Max-. No duerme porque no le da la gana.
Un silencio se hizo entre los dos mientras Max se ponía de pie y miraba hacia la parte de abajo donde Parker y Maddox reían de alguna tontería con Melina.
-Yo debo irme -dijo Hurs-. Tengo una novia que cuida cada uno de mis pasos y cuenta los minutos antes de que llegue a casa.
-Ya estás casado Hurs -dijo Max-, aunque no haya un papel de por medio, pero ya vives con ella.
-No vivo con ella -dijo ofendido-. Su mamá se opone.
-¿Esa mujer piensa que cuando salen van a recolectar bayas? -preguntó mientras daba una sonrisa-. Es obvio que van a tu departamento a hacer cochinadas mientras te esfuerzas por embarazarla.
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SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)
RomanceMaximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...