Capítulo 36

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Miró alrededor durante largo rato antes de ver hacia ellas

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Miró alrededor durante largo rato antes de ver hacia ellas. Perséfone le miraba y bajó la vista avergonzada unos segundos después.

   Max solo se acercó y se sentó a su lado antes de verla y darle un beso en la frente.

   Sus azules ojos se llenaron de lágrimas antes de mirar a Margot que veía de uno a otro sin comprender.

   Se despidió de ambas y salió de ahí sabiendo que al menos estarían seguras.

    Subió a su auto y fue de vuelta al casino donde imaginó encontraría a sus amigos.

   Margot miró a Perséfone que bebía su taza de té mientras comía una galleta.

—Debes tener cuidado —dijo Perséfone clavando la mirada sobre ella para desviar el tema que seguro brotaría—. No lo tomes a la ligera.

—No te preocupes —dijo Margot—. Siempre estoy al tanto de todo, está vez me tomó con la guardia baja.

—Menos mal que Max estuvo ahí después de lo que ocurrió —dijo Perséfone—. Estoy segura de que seguirá al tanto.

—Lo sé pero ahora mismo prefiero hablar de cualquier cosa menos de eso —respondió cuando la repulsión por el recuerdo volvió.

—Bien, mejor cuéntame, ¿qué ha pasado después de eso? —dijo divertida—. No me digas que nada que no voy a creerte. Así que empieza a soltar esa lengua.

—Pues en realidad no mucho —dijo Margot que solo necesitó eso para contar todo con lujo de detalle.

   Le contó lo de invitación a salir, el intento de beso, absolutamente todo y Perséfone escuchó atenta.

   Cuando terminó un silencio se formó entre ambas.

—¿Piensas que hago mal? —preguntó Margot finalmente—. Siento que si lo acepto hará lo mismo que antes. Max es inseguro.

—No, creo que haces bien —dijo y Margot supo que iba a decir una de sus ya conocidas frases—. ¿Sigue creyendo que sales con alguien?

—Sí —respondió—. Cree que salgo con el cliente del trabajo, ese que nos encontramos en la discoteca.

   El gesto de Perséfone fue de escalofríos y sacudió el cuerpo para enfatizar.

—Ese tipo no me gustó nada —dijo ofendida—. Demasiado insistente y no es por nada pero por menos de lo que hizo yo ya habría ido de chismosa con Parker y le habrían hecho que se tragara los dientes, hasta los de leche si le quedaba alguno.

     Margot comenzó a reír.

—No hizo nada, solo es algo insistente —dijo divertida.

—Y mano larga, pene suelto, en fin —dijo Perséfone—. Ese tipo de hombres que ninguna mujer quiere. Así que si quieres un consejo mándalo al zurrar al monte.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora