Capítulo 44

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Margot se fue riendo hacia la cocina llevando al niño mientras dejaba a los hombres hablar entre ellos

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Margot se fue riendo hacia la cocina llevando al niño mientras dejaba a los hombres hablar entre ellos.

—¡Por favor déjenlo presentable! —gritó desde el pasillo—. Ese muchacho dá cada espectáculo.

   El niño comenzó a reír mientras la seguía de cerca y dejaba a su padre en compañía de sus amigos.

   Max se abrochaba la camisa a prisa sabiendo que en cualquier momento dirían alguna tontería.

   Cuando terminó dio un suspiro rendido y guardó silencio.

—Si los bajas con calma no dolerá —dijo Parker—. Relaja la garganta.

—No entiendo —dijo Max.

—Tu manzana de Adán parece haberse clonado y parecen tres manzanas —dijo Hurs.

—Pero solo son los testículos —añadió Maddox—. Relájate y trágalos, no dolerá.

—Deja que vuelvan a su lugar —dijo Parker mientras Max veía de uno a otro mortalmente ofendido.

—¿Qué hacen aquí? —inquirió furioso—. Hurs, eras adorable cuando te dedicabas a embarazar a tu novia y tenías menos tiempo.

   Hurs sonrió y se sentó a un lado de su amigo.

—Espero que sigas mi ejemplo —dijo y estalló en carcajadas al ver el rostro descompuesto de Max de solo imaginar que tendría un hijo.

—No gracias —dijo con seriedad—. Ustedes deberían esforzarse por tener otro.

   Señaló a cada uno de sus amigos que solo lo miraron.

—En un año tal vez me lo piense —dijo un orgulloso Maddox—. Mi bebé es pequeña.

—Yo no puedo hacer un bebé sobre otro, está bien que me apoden bestia pero me honras suponiendo que puedo hacerlo —dijo Hurs fingiendo timidez y levantando la mano fingiendo estar azorado.

—Yo tengo cosas más importantes que hacer que fabricar bebés —dijo Parker con aburrimiento—. Mis hijos valen y mucho.

   La forma en la que lo dijo hizo reír a sus amigos que solo bufaron.

—Tus hijos hablarían más de cinco idiomas, serían trilingües —dijo Max.

—¡Santo señor! —exclamó Parker con cara de circunstancia—. ¡Qué pasó con el rayo que te encargué para este hombre! ¡Políglotas, políglotas! Así es como se llama a las personas que hablan muchos idiomas.

—Pero me entendiste —dijo aburrido—. En fin, ¿te imaginas a tus críos hablando francés?

—No suelo imaginar supuestos —dijo con el gesto compungido—. Así que no romantizo ni imagino un hijo que no existe.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora