Capítulo 32

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Sin saber qué hacer volvió a su auto y llamó a Hurs para saber dónde estaban y tras recibir la indicación del lugar fue hacia él.

  El The Castle era el lugar favorito Parker y después de la forma tan desagradable en que había ido la noche no le quedó más que conducir hacia donde sus amigos le esperaban.

   Al llegar miró a sus amigos que sonrieron burlándose apenas lo miraron.

—Hola —dijo y se sentó.

—¿Ya te hicieron guardar la cola entre las patas? —preguntó un Chris burlándose—. No es por echar leña al fuego pero es obvio que barrió su casa y te echó al cesto.

—Perseo le arrancó la cabeza de tajo a Medusa —dijo Parker apenas aguantando la risa.

—Espero hagas algo al respecto que no estoy dispuesto a perder una libra más por tu culpa —añadió un Maddox ofendido.

—Secundo lo que Maddox dice, además de que eres una mala inversión también voy a decir que me da penita que sigas haciendo el ridículo. Eres mi amigo, tonto pero mi amigo.

—Cuando terminen de burlarse me avisan —dijo enojado.

—Pero si estamos de malas —dijo una risueña Melina—. Vaya, así son los perros de hortelano.

   Pidió una copa antes de que suspirara.

—Me mandó al diablo —confesó.

—¿Y yo para qué te quiero? —inquirió Maddox—. Todas las porquerías se las mandan al diablo, el pobre diablo que aguanta todo sin quejarse, el que no ladra por nada, no es justo.

   Aquello hizo reír a Max que sonrió y le lanzó un agitador.

—Bien —dijo Parker—. Busca alguien más.

—Creo que sale con alguien más —admitió pero a nadie le pasó desapercibido el tono ácido.

—¿Cuál es el problema? —inquirió Parker—. Te llenabas la boca diciendo que no te gustaba, entonces deja el maldito drama y busca otra rubia. Todas son iguales para ti.

—¿Todas las castañas son iguales para ti? —replicó con acidez—. Dijiste que no te gustaba Perséfone.

—Perséfone es mi novia —dijo Chris—. Le gustan los rubios.

   Comenzó a reír al ver la cara de Parker.

—En primera, no te salgas por la tangente —farfulló Parker—. Tengo mis razones para decir lo que digo y hacer lo que hago, en segunda, no hablamos de mi vida sino de la tuya y ya que es más interesante que cualquier novelón que pueda leer y cualquier serie que vea pues tengo derecho a opinar. Tú vida tiene más comedia que cualquier obra de Aristófanes, más drama que Shakespeare y más suspenso que cualquier relato detectivesco de Edgar Allan Poe. Los tres seguramente te ven orgullosos desde donde están. Empieza a contarlo todo y tú —dijo señalando a Chris—. Cuida donde le pones las manos.

   Chris comenzó a reír y después negó.

—¡Por los pelitos del calvo! Póngame al día, señoras —exclamó un Hurs que esperó a que el mesero que recién llegaba se fuera para volver a hablar—. Me matan de la intriga y un día mi viejo corazón no va a resistir más. ¡Habla!

—Pues ya no quiere nada conmigo, no hay más que decir —mencionó—. Dice que me golpeó el ego y por eso fui a buscarla.

—Hay una línea enorme entre buscar y sacarla a hombros —dijo Maddox.

—Tú no hables que golpeaste a un sujeto en un antro por tocar a Brooke —dijo Hurs—. No me dejaron ni tomarme el tequila para el susto y tú. —esta vez señaló a Parker—. Golpeaste a otro por Perséfone, estoy deseando ver a Melina golpear a alguien por tocar a Chris.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora