Hurs miró a su esposa que parecía taladrarlo con la vista.
—Tú no amor —dijo riendo mirándola—. Las gatas son esos.
Señaló a sus amigos.
—¿Dónde estabas? —preguntó en tono duro.
—Comprando tus flores —dijo suavizando el tono—. Y trayendo tu regalo.
Se apartó dejando las flores en lo primero que encontró y abrió la puerta para dejar que los músicos entrarán y empezarán el escándalo mientras él permanecía parado al lado de ellos.
Scarlett se acercó a su esposo antes de verlo y se lanzó sobre él para abrazarlo y darle un beso.
—Creí que lo habías olvidado —dijo soltándose a llorar.
—Jamás —dijo y le dio un beso en la frente—. Es solo que la idea de la cena era mía pero Maddox me la plagió como siempre, así que dado que estarías aquí en la misma cena, decidí hacer algo diferente.
Ella sonrió y recibió los chocolates que le dió y el regalo que llevaba.
Todos comenzaron a sacar el regalo para ella.
—Les voy a dar veneno —dijo ofendida—. Lo tenían planeado.
—Sí y me siento muy ofendida de que quieras comer esos chocolates y no los que te di —dijo Perséfone.
—Deja de molestar a mi esposa —dijo Hurs—. Esos chocolates también los hiciste tú.
—¿Por qué eres tan aguafiestas? —preguntó mirando a Hurs—. Esta era tu oportunidad de victimizarte y hacerla sentir culpable, pero Dios santo los hombres siempre tan tontos que no captan.
—¡Oh! Lo siento —dijo Hurs—. Soy algo lento.
—Ya lo notamos —dijo Parker—. Te dije que te alejaras de Max.
—Lo siento, bebé es que sus mofletes traseros me atraen —dijo divertido—. En fin, ya dejen que mi esposa disfrute su serenata porque los pobres músicos están siendo bastante ignorados.
La gente comenzó a reír y a dejar abrazos y besos a Scarlett mientras entregaban su regalo.
Disfrutaron la fiesta, mientras Max veía a sus amigos y a algunos amigos de las Kannavage disfrutar de la cena en su honor.
Miró a sus amigos, Melina y Chris bailaban mientras la música resonaba y este último parecía a punto de un desmayo, harto de que Melina siempre lo llevará a la pista.
Margot y Perséfone hablaban de algo sentadas en la mesa mientras comían.
Parker miraba por la ventana y parecía sumido en sus pensamientos.
Hurs estaba al otro lado diciendo alguna tontería al vientre de su esposa que hacía que Scarlett se sacudiera de la risa, Maddox hablaba con su mujer y susurraba algo que la hacía sonreír.
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SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)
RomanceMaximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...