Capítulo 31

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Max se despidió de sus amigos y salió de ahí para ir por su hijo al colegio junto a la hija de Parker y los llevó a ambos

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Max se despidió de sus amigos y salió de ahí para ir por su hijo al colegio junto a la hija de Parker y los llevó a ambos.

   Melina estaba en la entrada revisando a su hijo.

—Se ha caído —dijo al verlo—. Nada serio, pero no ha dejado de llorar.

   Max asintió y le regaló dos chocolates que había robado de su amiga.

   El pequeño le sonrió y se fue de ahí burlándose de los dos más grandes que miraron a Max con enfado.

—A ustedes les daré dinero. —Se excusó y ambos sonrieron.

—Vendrás con nosotros esta noche —dijo invitándola—. Vamos a tener noche de chicos. Ya le estaré avisando a Chris.

—Suena bien, solo que soy chica —dijo divertida.

—Pero eres la reina de estos chicos así que por qué no vienes y pones orden cuando nos salgamos del redil —dijo sonriente—. ¿Le avisas a Chris?

—Bien, espero que no salga con que debe levantarse temprano —dijo en medio de risas—. Ya es un abuelo.

—Tomando en cuenta que trabaja muchas horas pues cualquiera es un abuelo —respondió—. En fin, te veo en la noche.

—Yo voy a salir un momento pero los niños están seguros —añadió.

   Se despidió de ella con una sonrisa y fue a hacer algunas compras y aunque había pensado en conseguir una niñera, debía admitir que su hijo estaba parcialmente de acuerdo, ahora que tenía una amiga y que convivía con los hijos de sus amigos ya no deseaba estar con un extraño y según Parker no había problema en dejarlo ahí por las noches mientras trabajaban asegurando que los niños siempre estarían seguros en su casa.

   Llegó a su casa con las compras hechas y las dejó sobre la encimera de la cocina antes de darse un baño y vestirse.

   Pasaban ya de las ocho y estaba seguro de que sus amigos llegarían antes que él.

   Se vistió listo para salir pero le llamó la atención ver su celular tintinear con la luz como aviso de la llegada de un mensaje.

   Se acercó para leer y de inmediato las alerta se encendieron al ver lo que decía «mi hijo luce cada vez más grande pero tan parecido a la perra de su madre».

   Apretó la mandíbula al ver el texto y de inmediato se apresuró a llamar al número pero como era de esperarse estaba apagado.

   Llamó entonces a la policía para dar aviso y fue citado la mañana siguiente para rendir el aporte.

   Se quedó respirando fuerte en medio de la cocina mientras recordaba todo lo que ese hombre le había hecho. El odio se mezcló de nuevo con el dolor de la pérdida y finalmente después de un largo rato parado mientras sentía y trataba de calmar la ira que bullía dentro de sí decidió ir al casino tras escuchar las llamadas de constantes de sus amigos.

SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora