Maximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...
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Max salió de su casa llevando consigo solo el documento que lo acreditaba el dueño de todo y condujo hasta su antigua casa. Una vez estuvo frente al que había sido su hogar durante años se bajó de inmediato de su auto y se acercó a la reja para saltarla aún cuando la alarma de la casa se disparó indicando que había intrusos.
Su teléfono sonó y lo sacó para ver a la llamada de Margot que no atendió y colgó se inmediato.
Se acercó hasta la puerta principal y gritó furioso durante varios minutos mientras aporreaba la puerta una y otra vez hasta que una mujer salió y abrió horrorizada.
Se metió a la casa sin esperar más mientras veía a su madre bajar desesperada y alarmada seguida de su hermana y su hermano.
—¿Qué diablos son esos gritos? —dijo la mujer mirando a Max.
—Tienen 10 minutos para salir de mi casa —dijo autoritario y los tres abrieron los ojos de forma desmesurada.
—¿Quién te crees para hacernos esto? —preguntó su hermana—. Después de lo que nos hiciste no deberías estar aquí, no deberías tener cara para hacerlo.
—¿Lo que les hice? —dijo con un tono peligroso—. Más bien lo que me hice a mí mismo, soy el único y absoluto heredero de todo y el tribunal ha dejado claro que lo soy, así que se largan ahora mismo de aquí.
—¡Por supuesto que no! —gritó furiosa—. Nada en esta casa te pertenece. ¡Nada!
—Tú y esa maldita lo hicieron todo mal —dijo refiriéndose a Jane—. ¡Por confiar en ella nos dejaste en la calle!
—Pero si ella formó parte del plan inicialmente —dijo con una sonrisa amarga—. ¿No es así? ¿No la contrataron para eso? ¿Qué pretendían? ¿Qué yo fuera a la cárcel? ¿Era eso? Querían que me involucrara en un fraude a mi propio patrimonio; ese era el plan, querían inculparme y después enviarme a la cárcel donde seguro accidentalmente moriría. ¿Conveniente para todos ustedes, no?
La chica guardó silencio mientras miraba alrededor y después a su madre como si buscara su ayuda.
—No dudo en absoluto que hayan sido partícipes y cómplices de que hayan matado a mi padre —dijo mirando de uno a otro—. Él lo supo y le costó la vida.
—Estás loco Maximilian —dijo su madre hablando por primera vez.
—¡Deja de mentir! —gritó desaforado haciendo que ella retrocediera—. Él supo que tenías dos bastardos con August, por eso me lo dejó todo, soy su único hijo legítimo. Él me quería pero tú a pesar de ser mi madre solo querías a tus bastardos.
—¿De dónde sacaste tanta estupidez? —dijo removiéndose al sentirse acorralada—. Eso es ilógico.
—El mismo August me lo ha dicho, dijo que actuó por amor a su hija, porque ella le pidió que me destruyera para quedarse el dinero junto a la mujer de su vida —dijo mirando a su madre—. Asegura que no se arrepiente de nada, ni siquiera de ser prófugo por sus hijos, por evitar que ellos vayan a prisión, pero agobiado de que le hayan abandonado. —Sonrió con amargura—. Son una familia de alacranes, usaron a un imbécil que no hizo nada bien, a una estúpida que les traicionó y ahora están aquí, a punto de ser lanzados a la calle.
