—Ya estoy cansada de verte actuar como idiota —dijo apretando los dientes—. Deja de engañarte y de hacerte el sufrido. Date cuenta de que ya no se trata de Jane, tu vida ya no es para ella, es para otra y no es malo, lo malo es la hipocresía de querer seguir aferrado a algo que ya no sientes.
—No te atrevas a decir que sabes lo que siento —dijo enojado—. No te atrevas a decir que no la quiero.
—Sé que la quieres —dijo sonriendo con sorna—. Pero eres idiota y no te das cuenta de que ya no la amas. ¡Se fue, Max, se fue! ¡No va a volver! No importa cuánto la extrañes, cuanto le llores, ella ya no está, no estará más nunca y hacerte el viudo sufrido a ojos de todos cuando te la vives fantaseando con otra ensucia su memoria. ¡Eres patético y ridículo! Hipócrita, deberías analizarse y darte cuenta. No busques a Margot si no quieres nada, si sigues creyendo que amas a otra, no hay nada más asqueroso que un hombre falso fingiendo amor.
La rabia que traslucía en cada palabra de Melina le hizo ver que por primera vez estaba viendo a la Melina que solo Parker conocía, una igual de letal que él, tal como él la había adiestrado.
Se dio la vuelta y guardó silencio en el momento en que el hijo de Max volvía dentro.
La vio irse con el porte erguido y no supo qué decir antes de mirar a su hijo sonreír y conversar con Maddox que de inmediato lo atendió.
Hurs le miró y se acercó a él dando una palmada en la espalda, por lo que salió de ahí y fue tras Melina.
Al encontró en la biblioteca, llorando. Por primera vez, la veía romperse por algo.
Se acercó a ella y la abrazó dejando un beso en su cabeza.
—Siento si dije algo que te hirió —dijo colocándose de frente a ella—. Te quiero y no me gusta verte mal.
Melina le dio una sonrisa amable y se limpió las lágrimas antes de abrazarlo.
De nuevo comenzó a llorar y él no la detuvo, desconocía su historia, al menos un poco pero sabía que aún le dolía y quizás él había tocado un punto que la llevó al límite.
Le tomó la barbilla y levantó su rostro.
—¿Todavía lo quieres? —preguntó y ella negó de inmediato.
—No se puede querer a alguien que hizo daño deliberadamente —dijo limpiando sus ojos—. Sé que un día nos vamos a ver la cara de nuevo.
La forma en la que apretó los dientes dejaba claro que ese hombre iba a conocer a la Melina en la que se había convertido y por supuesto ella sabía que no estaba sola, que detrás de ella estarían los cuatro hombres con los que había convivido durante años y aunque suponía que Chris y ella mantenían una relación, no podía dejar claro nada.
—Si no te interesa, no la ilusiones —dijo y él asintió—. Solo déjala en paz.
Max no respondió, en cambio pensó que debía pensar en lo que sentía y en lo que quería pero debía admitir que en ese momento solo deseaba ir a ver a Margot.
ESTÁS LEYENDO
SEDUCIR AL MONSTRUO (SERIE EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 3)
RomanceMaximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...