Maximilian Archibald, el monstruo como lo llaman sus conocidos, no es más que un hombre implacable escondido bajo una personalidad tonta y absurda; regenteador de uno de los casinos más famosos y experto en finanzas lleva años buscando una oportunid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si creyó que ella lo detendría estaba completamente equivocado. Margot no dijo nada sino que contrario a todo se acercó a él un poco más y dejó que las manos de Max tomarán aún más confianza con ella.
Margot colocó sus manos sobre el pecho de su novio y acercó sus dedos a los botones en una clara invitación a lo que esperaba.
Max la observó unos segundos antes de sonreírle y tomarla de la mano para llevarla a su habitación.
Ella le siguió con la vista puesta sobre él.
Apenas entraron a la habitación y Max cerró la puerta fue Margot quien dejó caer una palmada en su trasero.
Se giró sorprendido y sonrió al escucharla reír.
—He querido hacerlo desde la mañana del choque —confesó haciendo que Max sonriera.
Se acercó hasta él con una sonrisa coqueta y dejó un casto beso sobre sus labios, después sobre sus mentón, sobre sus mejillas y siguió hasta llegar a su cuello.
Max solo se dejó hacer, la mujer que tenía enfrente lo estaba seduciendo de forma lenta, con su sonrisa y con sus caricias que parecían ir en aumento.
Desabrochó su camisa mientras él solo la observaba y fue dejando besos por todo su cuello al mismo tiempo que se deshacía de la camisa.
Dejó su torso desnudo antes de dejar una serie de besos en su tórax.
Los latidos de Max se dispararon al verla completamente resuelta y decidida.
La vio colocar las manos sobre su cinturón y hacer exactamente lo mismo mientras él solo la observaba con las respiración acelerada.
El sonido de su ropa cayendo al suelo la hizo sonreír antes de que lo mirara con una sonrisa perversa que lo hizo removerse.
Para Max era quizás la primera vez que una mujer que estaba con él tomaba la iniciativa.
Se sacó los zapatos mientras sentía sus labios sobre el pecho y sus manos colándose dentro de su ropa interior.
Margot no era la mujer que fingía no saber nada, ella era resuelta y tomaba lo que quería de él.
Lo besó de nuevo al verlo sacarse el pantalón y después de colocar sus manos sobre la cinturilla de su boxer y arrastrarlo fuera de su cuerpo lo tomó de la mano para llevarlo hasta la cama.
Max se dejó llevar y antes de que pudiera decir algo Margot estaba dejándolo sentado sobre la cama mientras se paraba frente a él quitándose las zapatillas y después comenzó a bailar mientras se quitaba el vestido.
Sí había creído que no podía verse más hermosa, estaba claro que se equivocaba puesto que no pudo evitar recorrerla con lascivia al verla en ropa interior.
