Capítulo 16. Adrenalina

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Narrado por Nicolás.

Los días han pasado tan rápido que se han vuelto dos semanas, sí, han pasado dos semanas desde el día que Daniela confesó que era infiel… En su aniversario.

Todavía no comprendo qué mierda pasaba por la cabeza de Daniela al confesarle a Edgar algo así el día de su aniversario, jamás lo comprenderé, cada vez que lo pienso me apego más a la idea de que lo hizo apropósito porque es una perra sin corazón. Ella sabía lo mucho que Edgar la amaba, ella sabía que Edgar era capaz de dar todo por ella, lo sabía… Y aún así le regala en su aniversario la noticia de que le fue infiel. Hay que ser una tremenda hija de puta para hacer eso.

Cada vez falta menos para regresar a la universidad y no he podido estar con Edgar el tiempo que he querido. Me la he pasado pegado a Brenda, lo bueno es que ella ya no estará en la universidad este último año que me queda, finalmente se graduó, y yo me hubiera graduado junto a ella si no hubiera perdido un año, pero no me arrepiento de nada.

Desde que Brenda se enteró de lo que pasó entre Edgar y Daniela no ha parado de hablar de eso y de lo molesta que está con Daniela. No se enteró del tema por parte mía, la misma Daniela fue a decirle y ahora Brenda esta tan enojada porque su “mejor amiga” le escondió ese secreto durante tanto tiempo.

Mi novia es una verdadera bestia cuando se enoja; le ha dicho al resto de sus amigas que Edgar está soltero y eso me molestó bastante pero simplemente me quedé callado, lo que menos quiero es que Brenda comience a sospechar sobre lo que siento por Edgar. Se pondría realmente loca si sabe que todos estos años he estado enamorado de mi mejor amigo, ella odia a los gays y simplemente me mataría.

Extraño a Edgar. Desde que terminó con Daniela lo he visto sólo un par de veces más y en esas ocasiones lo único que hemos hecho es estar tirados en su cama abrazados en silencio con una mala película sonando de fondo, lo cual me encanta pero extraño verlo feliz. Él está en depresión e intenta negarlo pero se le nota bastante. Lo único que quiere es estar en su cama, ni siquiera duerme, sólo se queda hecho bolita en su cama, con las cortinas de su habitación cerradas. No prende el computador, no juega, no come, no me busca…

Todo eso me está matando, pasan los días y simplemente no llego a saber nada de él, su celular siempre está apagado y jamás lo veo conectado. Por más que quiera ir a verlo no he tenido la oportunidad, Brenda siempre me busca y negarme a salir con ella no es una buena idea… Lo extraño tanto maldita sea, necesito saber de él, saber cómo se siente, necesito oír su risa y ver que está mejor, que está superando lo que pasó.

Escucho mi celular sonando y veo el nombre de mi novia resplandeciendo en la pantalla, hoy tampoco lo veré.

— ¡Hola mi amor!— Me dijo apenas contesté.

— Hola… — Contesté sin ánimos.

— ¿Te acabas de despertar?

— No… Bueno, sí… — La escuché reír.

— ¡Pero si son las 12! ¡Ya es mediodía! — Miré el reloj para comprobar que era cierto lo que me decía Brenda, y sí eran las 12:15, ¡había dormido mucho!

— Son vacaciones… — Contesté. Ella volvió a reír.

— ¿Ya comiste? — Me preguntó y yo ya podía predecir lo que me estaba por decir.

— No…

— Bueno, pues ¿Qué te parece si en una hora pasas por mí y vamos a comer algo? — Su voz sonaba tan amigable, estaba de buen humor y no me atrevería a arruinar eso.

— Sí, estaría bien. — Mentí.

— Entonces te veo en un rato, te amo.

— Te amo. — Volví a mentir y colgué.

Vaso rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora