Me gusta pensar que las palabras son más que algo abstracto, son parte de nosotros mismos. Nacen de dentro nuestro y vuelan hacia las páginas.
Son como mariposas, un par de alas de un dorado resplandeciente que nacen de una chispa y pueden crecer hasta alumbrar toda la habitación. Su brillo es cálido, reconfortante, alegran tu corazón en un instante.
A veces, su vuelo es corto y veloz, las mariposas conocen su camino y lo trazan sin ninguna dificultad. Pero luego están las mariposas fanfarronas, esas que disfrutan de dar un espectáculo haciendo volteretas y decorando sus alas con letras extravagantes que las hacen parecer inmensas y sofisticadas.
Sin duda, no existe nada más horrible para estos seres que las jaulas. Ellas se remueven inquietas, batiendo sus alas desesperadamente y chocando entre ellas en un intento de escapar.
Buscan encontrarse libres y contentas, esperan unirse y formar hermosos textos. Palabras de amor, fantasía, valentía. Quieren mostrarse al mundo de la escritura, haciendo brillar cada una de sus letras.
Y no hay nada más hermoso que verlas allí, posando en las páginas, listas para ser leídas.

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Mariposas doradas
Historia CortaPensamientos, escritos, microrrelatos y todo aquello que no tenga lugar propio. [Ilustración de Peter Xiao, peterxiaoji en Instagram]