Freddy había llegado a su casa tan noche, se había perdido en el bosque debido a que no había luz ni anda por el estilo que lo ayudara a guiarse.
— ¡Freddy! — su madre corrió a abrazarlo —, ¿Dónde has estado jovencito?
Apartó la vista, aun estaba conmocionado por la revelación de Fred y ese pequeño ser rosado que lo acompañaba; — En el bosque.
— ¿Qué hacías ahí? ¿Qué te detuvo tanto para que llegaras así de tarde? — preguntó su padre separándose del sillón —.
Freddy no podía mentir. Eso era una pecado, y él un ángel.
— Estaba con alguien.
Su madre lo recordo; — Ese chico, con Demián. Freddy te dije que no te le acercaras, ¿ahora son amigos o algo así?
Freddy desvió la mirada; — No está enfermo. — susurró.
— ¿Qué?
— Él no está enfermo mamá.
— Pero, tu dijiste que sus ojos... Freddy...
— Es un demonio.
En el lugar se desató una atmósfera fría e incomoda, discutieron un rato sobre el tema, Freddy fue castigado y llevaba ya una semana sin ir al bosque. De hecho llevaba una semana sin salir a ningún lugar más que a la a escuela.
Siempre que pasaba en frente de éste (el bosque) deseaba entrar, pero no podía, desobedecería a sus padres, y eso era un pecado.
Y menos mal que el castigo sólo duraba una semana.
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Sin mis alas (Freddedy)
FanfictionSonrisa angelical. Memorias perdidas. El final, o quizá el comienzo.