Setenta y tres

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Freddy estaba fuera de la cabaña del azabache, por mas que tocaba nadie abría, así que decidió esperar afuera sentado.

Mientras, Fred volvía de otras cabañas cercanas donde vivían perdonas con bajos recursos económicos. Esos eran los mas puros.

Decidió ir al estanque pero ya era muy tarde, sí Freddy había ido, quizá ya se abrió ido. Estaba molesto, y Fred no pensaba que el castaño lo buscaría sí lo estaba.

Aun que dentro de él se decía que debía buscar lo, pues en verdad quería verlo.

Y así lo hizo cuando llegó a la cabaña y lo vio dormido a un lado de la puerta abrazando sus piernas.

Su rostro se iluminó.

Sin mis alas (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora