Sin mis alas (Freddedy)

Ochenta y dos

Fred estaba atado completamente, de manos, pies, caderas. Colgaba de sabra Dios dónde.

Llegaron riendo dos diablillos juguetones que miraban y picaban de todas partes a Fred.

Una figura (superior) entró al lugar y justo detrás Gam, parecía estar en el bosque, pero deteriorado, y en llamas; — Bien, un castigo por salir con un ángel, ¿sabes dónde nos pusiste? ¿La posición en la que estamos?

Fred permaneció con la cabeza baja; — Eso no lo sé.

— Ni te importa, ¿cierto? — preguntó de nuevo el sujeto —, Bien. serás desterrado.

Eso no preocupó a Fred.

Gam se acercó a Fred levantándolo con las cadenas, se veía tan grande e imponente; — Mira. — comenzó el rosado —, Irás de nuevo a la tierra. Ese chico ángel estará también ahí, pero le borrarán la memoria, ese es el trato. Lo volverás a encontrar, y sí te enamoras de nuevo de él, no regresarás jamás aquí abajo. Y tendrás un castigo mucho peor que el limbo. Tu memoria será borrada también, desde luego.

— Hagan lo que quieran.

Fred intentaba hacerse el fuerte, pero en realidad le podía el olvidar a Freddy, y le podía que él lo olvidara también.

— Una cosa más. — habló el superior —, tus alas. Saca las.

— ¿Y sí me rehusó?

— Te mataremos. Y tendrás el tan esperado castigo.

No sabía para que querían ver sus alas, tampoco se le ocurría nada bueno. No le importaba morir, le importaba ver de nuevo a Freddy, y para eso debía estar vivo.

Aún sí no lo recordaba, verlo de nuevo era algo que anhelaba.

Sus alas brotaron poco a poco hasta expandirse, enormes.
La sonrisa del superior se agrandó.

Y con una guadaña, las corto, pero no de un golpe, si no por pedazo.

Desde la punta, hasta sólo dejar el tronco, las desgarraba hasta dejar la sangre corriendo, las hileras de alas cortadas colgando aún, derramándose.

Fred agonizaba. Pero no podía morir así tan fácil. Lloraba. Y escuchaba al superior preguntar cosas como; ¿Acaso no te gustaba que las tocarán?
¿Y si paso el filo por esta raíz, dolerá?

Y Fred sufrió tanto.
Tanto.

Que despertó.