Setenta

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— ¡Mamá! — gritó Freddy bajando a toda velocidad vestido ya.

— Creí que no querías venir. — dijo su madre mirando a su esposo con una sonrisa.

— No, no quiero ir. Quería pedir te permiso para ir al bosque.

— Pues ve, sabes que puedes.

Freddy asintió algo apenado, infló sus mejillas y recibió una caricia en el cabello de parte de su padre, quien fue el último en salir y cerrar la puerta.

Sin mis alas (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora