Sin mis alas (Freddedy)

Treinta y cinco

— ¿Hablaras?

Foxy ya se había ido, y ahora madre e hijo de encontraban charlando en la sala, aun que Freddy no había dicho ni una palabra desde que había llegado.

— Tendremos que hablarlo con tu padre, ¿estás consciente de eso? — preguntó la madre tratando de sonar relajada —, Mentir es un pecado Freddy.

— Lo sé. — susurró por fin el pequeño.

— ¿Entonces?

— Fui al bosque. — no era una mentira —, Fui al bosque por qué salí temprano de clases.

La madre lo miró molesta; — Fuiste a ver a ese chico de nuevo, ¿no es verdad? Me has desobedecido, has pecado.

Freddy apretó los labios; — Pero no sabes mamá. — comenzó a decir —, No sabes, ¡Yo tengo la necesidad de ir! Algo siempre me dice que vaya y que lo busque, quizá es una señal de que hice mal las cosas con él y debo remediarlo.

Freddy soltaba lágrimas y jadeos que hicieron sentir culpable a su madre, pero no por eso dejaba de tener mano dura con él; — Freddy...

— Siento como si me necesitara, ¿entiendes ese sentimiento? Que alguien te necesita y no poder ayudarle...

La mujer se levantó y lo dejo sólo.