Cuarenta y uno

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Fred abrió la puerta; — ¿Freddy, qué haces aquí?

El mencionado le abrazó, recibiendo sólo sorpresa.

— Mis padres dijeron que puedes ir a casa, y que puedo visitarte cuando quiera.

Fred comenzó a dudar sobre la capacidad de cuidar a un niño de los padres de Freddy, es decir, ¿qué clase de padres responsables dejaban a su angelito visitar a un demonio?
Y para rematarlo dejaban llevarlo a su casa.

— Eso es muy lindo Freddy. — dijo Fred acariciado la cabeza del mencionado, quien sonrió aún más amplio.

Sin mis alas (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora