XIII

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Scarlett

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Scarlett

Caminaba hasta la pequeña barra que había en la fiesta, todos estaban entusiasmados por la nueva noticia, menos mi padre por supuesto, el cual no quitaba su expresión sería en total desagrado. Pero, por mi parte, yo bailaba felizmente con un omega que no me ha quitado el ojo en toda la noche.

Luego de tomar mi trago y dispuesta a dirigirme nuevamente a la pista de baile, unas fuertes manos toman mi brazo arrastrándome a la parte de atrás del jardín y lejos de la fiesta.

No tuve que averiguar de quién trataba ya que su fuerte olor inundó mi sistema haciendo que mi corazón palpite intensamente.

— ¡¿Que diablos crees que estás haciendo?! — Rugió Xander una vez llegamos a la parte de atrás. 

La luz intensa de la luna mostraba sus negros ojos y su rostro en completo desconcierto y enojo. Su mandíbula apretada mientras que las venas de su frente se hacían presente.

— ¿Que hago de que? — Fruncí mi ceño dando un trago a mi bebida — Sueltame — Safé mi brazo de su agarre violentamente.

— ¡¿Que diablos haces así vestida y bailando con ese maldito omega?! — Un rugido salió de lo más profundo de el tomando la copa y lanzandola no se donde.

— Pues bailando ¿Que no ves? Y yo me visto como se me da la gana tu a mi no me ordenas — Lo señalé.

— Te puedes vestir como quieras, Pero no mostrando tanta piel ¿Acaso quieres que mate a cada chico de esta fiesta? — Movió su cabello exasperado.

— ¿Puedes dejarme en paz? yo hago lo que quiera, cuando quiera y como quiera, y si quiero bailar con cada chico de aquí lo hago.

— ¡TU NO PUEDES PORQUE TÚ ERES MIA, ENTIENDELO! — Grita fuertemente y agradecí que estábamos lejos de la fiesta y que había música puesta.

— ¿Te puedes calmar y dejar de gritar? Ya te dije que no quería nada tuyo y no soy tuya — Hablé con bastante calma — Deberías entenderlo.

— ¡Ya deja de hacer eso! No sabes cuanto me duele cada vez que lo dices, sabes que nadie elije esto y por más que lo niegues estamos destinados a estar juntos, no sabes como me destruyo por dentro — Bajó la voz y se alejó levemente de mi.

Sus palabras martillaban en mi cabeza y mis nervios no paraban. Ya había pasado mucho tiempo de lo que pasó pero aún así estaba vigente y me dolía al recordar.

— Lo mismo que estas sintiendo es justo lo que yo sentí al escuchar tus crueles palabras luego de que me entregue a ti de manera estupida. Me arrepiento de todo aquello — Solté con sarna.

Mía ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora