Lia
Toqué levemente la puerta donde estaba él y luego de escuchar un suave pase, entré encontrándomelo a medio vestir.
— Sabía que eras tú — Sonrío acercándose a mí. Solo llevaba un pantalón de pijama, calcetines y sin camiseta.
— ¿Cómo? — Terminé de acercarme y el me tomó en sus brazos.
— Al parecer se te ha olvidado que vives con un hombre lobo — Besa mi nariz — Tenemos que hablar — Dice y por alguna razón me puse muy nerviosa.
— ¿Ah si? — Me separé.
— Si, es que ya viene el cumpleaños de Scarlett y pues queremos hacerle una pequeña fiesta sin que se entere — Se dirigió al armario buscando una camiseta. Respiré con alivio al saber que no se trataba de nada que tuviera que ver con mi embarazo.
— Oh, Cuenta con mi ayuda — Sonreí y el se giró para luego colocarse la camiseta que se deslizó por su cuerpo.
— Me encanta cuando me miras así — murmuró y ahí me di cuenta de que me mantuve observándolo boba.
— Ah si, Emm..
—¿Desayunamos? — Preguntó haciendo una leve seña a la puerta.
— Si, vamos. Muero de hambre — me tomó de las manos y empezamos a caminar hacia abajo.
Al llegar al salón comedor estaba : Scarlett, Anne, Xander y el padre de Zain, Alejandro.
— Buenos días — Saludé y todos posaron su vista en nosotros.
— Buenos días — respondieron al unísono.
Me senté de lado derecho quedando uno frente al otro.
— ¿Como has estado? — Preguntó Anne.
— He estado muy bien. Ya mejor, gracias — Sonreí.
Leilani llegó junto a otras chicas con el desayuno. Al posar el plato frente a mi y ver el huevo con jamón en mi plato sentí un asqueroso líquido subir por toda mi garganta.
Ahora no por favor...
— ¿Estás bien? — Pregunto Zain. Negué y salí corriendo hacía el baño del primer piso.
Si lo hacía arriba no iba a llegar a tiempo. Al entrar al baño cerré y tan solo llegar solté todo y nada de lo que tenía en mi sistema. Tuve varias arcadas que eran un infierno en realidad. Tocaron la puerta y me asusté.
— Cariño — escuche a Anne.
Se escucharon unos pasos, sentí la voz lejana de Zain hablando con su madre. Solo alcancanzando a escuchar :
Es ella quien debe hablarlo contigo - De parte de Anne, me asusté.
Mire al espejo observando mi pálido rostro. Mis ojos estaban rojos al igual que mi nariz. Enjuague mi boca varias veces tratando de quitar el estupido sabor.— Lía abre la puerta — Se escuchó la voz de Zain, me asustó el hecho de que lo dijo con suma tranquilidad. Me acerque lentamente y la abrí despacio quedando de frente con aquella impotente figura que me observaba un tanto neutra —¿Me puedes decir que te está pasando? — pregunto despacio.
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Chan chan chan :)
Na mentiriii