XXI

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Lia

Entré al gran salon el cual estaba vacío. Anne me había situado aquí diciendo que debía hablarme de algo súper importante, más bien mostrarme. Lo había dicho con tal seriedad que asustaba. Tanto era el secreto que prefirió no contarle a Zain pidiéndome a mi que no dijese nada.

— Cariño — Llegó hasta mi lado abrazandome para luego darme dos besos en las mejillas  — Vamos — toma mi mano guiandome hasta una un gran librero que reposaba en una esquina del salón. Ella hala un gran libro rojo que en los bordes reposaban unas letras extrañas.

Fruncí mi ceño interrogante.

— ¿Qué es ...? — Antes de poder argumentar algo más ella hace una ceña y miro hacía el frente.

Donde antes estaba el librero ahora había un pasillo extenso, el cual estaba cubierto por musgo.

— No te asustes, antes quiero que por todo lo que pueda pasar no te alarmes trata de mantener tus emociones controladas ¿bien? Allí dentro tendrás la capacidad de usar tus dones — Asiento dudosamente y ella toma mi mano para entrar.

Después de estar metidas dentro, la entrada se cierra y todo se expande dandome la visión de un bosque en toda su extencion. Caminamos no tanto hasta acercarnos a una gran cascada, ella detiene mi paso observandome con cautela.

— Solo acerca tu mano a la bola de luz — Indica y yo hago lo que dice sin dudar. Ahí aparece la silueta clara de una mujer.

Su cabello estaba a por los hombros de un negro intenso, su mirada era profunda, alegre y con un deje de nerviosismo. Vestía de blanco llevando una corona de flores azules que encajaban perfectamente con la onda en su vestuario.

— Eres tu — Escucho su voz por primera vez y me llena de nostalgia al reconocerla.

Mi madre, Es ella.

— Lía, te dejaré a solas y por lo que más quieras trata de controlarte —Asiento algo confundida.

— Hija — Menciona otra vez y ahí mis ojos se llenan de lágrimas.

Recuerda controla tus emociones me digo a mi misma.

—Te extrañé — Es lo único que logro pronunciar — Te extrañe demasiado.

— Yo te extrañé más cariño. Tengo muchas cosas las cuales hablar contigo pero será después — Se auto convence ella misma — No sabes cuanto daría por estar ahí junto a ti. Abrazarte y llenarte de besos cariño, perdoname.

— Mamá, sé todo. Él te hizo creer que estaba muerta, no es tu culpa — Aclaré — Tengo muchas preguntas que hacerte y hablarte — Digo sintiendo el nudo formarse en mi estómago.

— No podemos. Tu corres peligro y hasta que no sepamos que tanto es tu poder y que tanto puedes controlarlo no podemos estar juntas.

— ¿Porque? — Sollozo inaudible mientras limpio las lágrimas de mis ojos. Veo mis manos y ahí están las ramas nuevamente.

— Cariño es algo complicado pero te prometo que tu papá y yo estaremos pronto contigo, ahora debemos cortar comunicación. No olvides que te amo mucho — Asiento y rompo a llorar cuando observo la luz desvanecerse.

— ¿Estas bien cariño? — Llega anne detrás mío — Ven, debemos salir.

Le doy la razón y camino con ella hasta la salida que es abierta al nosotras acercanos. Anne mueve el libro a su lugar nuevamente mientras todo vuelve a estar como antes .

— No entiendo nada. No puedo estar con ella, después de que me entero que esta viva es lo que más deseo y duele — Corto al sentir mi cabeza doler fuertemente.

— Tu madre sabe porque hace las cosas es mejor que estén separadas para que tu puedas comenzar a manejar tu poder — se acerca a mi abrazandome por los hombros. Inhalo con dificultad mientras ella acaricia mi pelo.

Niego para mi misma .

— Quiero que traigan a Nala — Suelto de repente — se que con ella y usted podré manejarme. Si el requisito es poder controlarme y controlar esto — Señalo las marcas — para ver a mi madre. Lo haré — Digo decidida.

Anne sonríe

—Tenlo por seguro.

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— Hola pequeña hermosa — Susurra Zain en mi oído. Ya se le ha vuelto costumbre.

Estaba sentada en el banquillo flotante del balcon sonrío con emoción al verle.

— Hola — Murmuro contra su pecho aspirado su aroma.

— ¿Como te ha ido con mi madre? — Pasa sus manos por mi cintura.

— Pues bien — Asiento tratando de sonar convincente.

— ¿Segura? — Enarca una de sus cejas y asiento.

El toca mi cabello envolviendo entre sus dedos, observo su fino rostro cerca del mío fijando mi vista en sus rosados labios. Temerosa por lo que haré y un tanto de vergüenza uno mis labios a lo de él. Es cálido y tranquilo mientras el acaricia parte de mi hombro luego toma todo mi cuerpo y lo lleva hasta dentro donde me acuesta lentamente en la cama, de inmediato siento la tela de las sabanas rosar a mi piel aún cubierta con mi ropa.

— ¿Ya te dije que me traes loco? — Veo sus ojos y estos están llenos de lujuria. Ahí me doy cuenta de que su color normal no esta.

— No, no lo has dicho — Siento mis mejillas de lo más calientes. El aparta parte de mis mechones fijando su vista en la mía. Todo esto mientras estaba encima mío sin ejercer fuerza — Tengo miedo — Suelto por lo bajo y algo audible. Él frunce su ceño preocupado.

— ¿De mi? — Pregunta algo dolido, Niego. Su rostro me hace sentir mal de repente.

— No, de nosotros digo si hay un nosotros —Murmuro y el asiente dando paso a que continúe — Hablo de que nunca estuve con alguien que me quisiera, esto para mí es nuevo y algo amenazante porque no se como demostrar nada — Me sincero.

No quería que sintiera que no había interés porque la atracción era evidente. Me refería a en cuento a demostrarle lo que sentía, no sabía como hacerlo.

— Mientras permanezcas a mi lado todo estará bien — Aclara guiñandome — Al final no te he hecho la pregunta oficialmente — Lo veo dudosa .

— ¿Deberías hacerla?—fijo mis ojos en el mientras aparto su cabellera de su frente.

— Ya lo hablaremos después — Sonríe para si mismo llenando mi cara de besos.

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Hi :)

Mía ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora